32

Guía para exprimir al máximo Tokio

Cuatro años después de haber recorrido Japón por primera vez en lo que era uno de mis viajes soñados de toda la vida,decidí regresar al País del Sol Naciente. Esta vez sólo disponíamos de nueve días pero como encontramos unos precios bastante buenos en lo que a vuelos se refiere, mi novio no lo conocía y también era un viaje que le hacía mucha ilusión y pensábamos quedarnos sólo en Tokio, ahorrándonos los más de 300 euros que supone el Japan Rail si quieres viajar en tren por el resto del país, algo que sí hice la vez anterior, nos liamos la manta a la cabeza… y para allá que nos fuimos. Esto me permitiría volver a recorrer con tranquilidad algunos de los rincones tokiotas que más me gustaron en mi primer viaje y de paso aprovechar para ver algunos que se me quedaron pendientes. Y es que esta macrociudad de 30 millones de habitantes, la más grande del mundo, da tanto de sí y tiene tanto para ofrecer y disfrutar que nos compensaba hacernos tantos kilómetros para poder degustarla con calma y sin prisas.

Como comento, los vuelos nos salieron bastante bien pese a reservarlos con sólo tres meses de antelación: poco menos de 600 euros, la ida volando con Alitalia y haciendo escala en Roma, la vuelta regresando con Air France con parada en París. Hay que añadir que también te ahorras dinero con el tema visado, ya que si vas a Japón menos de 90 días no lo necesitas, y que en general para moverse, comer y compras Tokio resulta una ciudad bastante barata si sabes montártelo.

En nuestro caso, contábamos con la ventaja de que al ya conocer yo Tokio, llevábamos ya mucho adelantado en cuestión de ahorrarnos tiempo para las visitas, ya que la ciudad cuando vas de nuevas puede dar la impresión de ser algo liosa, y de dinero al controlar ya muchos truquillos de la vez anterior.

Cómo ir desde el aeropuerto a la ciudad

Ir desde el aeropuerto de Narita a Tokio puede salirte bastante barato aunque no vayas con el Japan Rail Pass. Tienes varias opciones en lo que a tren / bus se refiere; la vez anterior cometí la equivocación de tomar el Narita Express, que me salió bastante más caro. Así que esta vez lo que hicimos fue coger la Keisei Main Line, que es un tren de cercanías que en una hora y diez minutos te deja en Nippori o Ueno. Ojo, la Keisei tiene otras opciones más caras como el Skyliner (que, en realidad, sólo tarda veinte minutos menos y cuesta más del doble). Yo os recomiendo el trayecto más económico de la Keisei, la Keisei Main Line, los trenes salen con bastante asiduidad (aproximadamente unos tres por hora) y sólo cuesta 1000 yenes, unos siete euros al cambio. Es cierto que va haciendo varias paradas pero ya os digo que el tiempo que tardas en líneas más caras es muy similar. Eso sí, tened en cuenta que hay que hacer trasbordo en la estación de Aoto para ir a Nippori: que os lo especifiquen a la hora de comprar el billete.Los que trabajan allí son muy amables, la chica que nos atendió incluso nos dio ya un billete que incluía el ticket de metro desde Nippori hasta Ikebukuro, precio final 1160 yenes.

Los asientos no son reservados pero no suele haber problemas para que cojáis plaza nada más llegar al aeropuerto,nosotros lo hicimos todo in situ. Y un último consejo: en el plano de metro no vienen especificadas en la línea Keisei todas las estaciones por las que va pasando, os lo digo para que estéis pendientes a la hora de llegar a Aoto y hacer el correspondiente cambio de tren. Y si os liais, preguntad. Los japoneses son muy amables y aunque no sepan inglés la mayoría, en cuanto les digais Aoto, os dirán donde tenéis que bajaros. De todas formas, el metro de Tokio, pese a lo grandísimo que es, está muy bien señalizado, no es difícil orientarse.


 

A la hora de reservar los billetes, una cosa que tuvimos en cuenta es que también nos cuadraran los horarios para no perder un par de días. De esta manera, llegábamos a Tokio a las siete de la mañana y a la vuelta regresábamos a las diez de la noche, lo que nos concedía dos días extras al viaje.


 

Alojamiento

Nuestro alojamiento volvía ser el Hotel Sakura Ikebukuro. Como os comenté en mi otro blog de Tokio, fue una inmejorable elección en el primer viaje y me gustó tanto que decidimos repetir. Nos volvió a salir baratísimo (55 euros la doble, se paga la estancia completa nada más llegar) y tienes enfrente una cafetería del propio hotel bien molona, abierta las 24 horas y donde sirven comidas de todo el mundo en homenaje a la multiculturalidad de los huéspedes: couscous, gumbo, limonada egipcia… lo mejor sus chocolates calientes en cuatro vertientes diferentes (Malta, Perú, Polonia y Colombia).

Por las mañanas aprovechábamos para desayunar allí ya que ofrecen un desayuno buffet de tostadas, té o café y sopas diferentes por sólo 2,40 euros. Las habitaciones son pequeñitas pero muy limpias, con televisión, baño privado y wifi gratuito. La gente de recepcion, amabilísima; nos ayudaron bastante para encontrar algunos restaurantes a los que queríamos ir (recordad que en Tokio las calles no tienen nombre),echándonos una mano con los mapas e incluso nos recomendaron una tienda de kimonos y yukatas muy bien de precio (el kimono, con obi y todo,me salió por poco más de 16 euros, una ganga). Eso sí, una recomendación:en la web del hotel os dan un mapita que os indica cómo ir desde la estación de Ikebukuro hasta el Sakura. Yo os ofrezco una alternativa menos liosa: cuando lleguéis a la estación, buscad la salida oeste, la West Gate. Desde allí, recorred un pasillo inmenso (Ikebukuro es grandísima) hasta que encontréis la salida C6. Según salgais, todo recto (os quedarán a la espalda los grandes almacenes OiOi), andáis cinco minutos y cuando lleguéis a una droguería que hace esquina, giráis a la izquierda, de nuevo a la izquierda y ya estáis en el hotel.


Cómo moverse en Tokio

Tema transporte en metro. Si como digo no llevas el Japan Rail Pass, lo más cómodo es que te hagas con una tarjeta SUICA o una PASMO. Las dos valen para lo mismo: ahorrarte el estar comprando billetes cada vez que quieras hacer un trayecto, que es un coñazo. No es que supongan un descuento en los tickets pero son comodísimas. Puedes recargarlas a partir de 1.000 yenes en las máquinas de las estaciones, cuando pasas por el torno la colocas en el lector, a la salida lo mismo y te descuenta automáticamente el precio del recorrido, que suelen ser unos 160 yenes, poco más de un euro (igualito de precio que el metro de Madrid ¿eh? luego se pregunta la Botella por qué les han dado a ellos las olimpiadas).

Cuando compras la tarjeta, dejas un depósito de 500 yenes (tienes otros 1500 iniciales para gastar) que te reintegran cuando la devuelves. Ya os comento que es súper cómoda y os permite utilizar por Tokio todas las líneas que operan, tanto las estatales como las privadas. En Tokio hay muchísimas líneas (Asakusa, Mita, Oedo, Marunouchi, Hibiya, Tozai, Hiyoda, Yurakucho, Hanzomon…) de las que puedes disponer pero, sobre todo, la Yamanote Line, una línea circular que pasa por los principales puntos de interés y que usareis con frecuencia.No os agobiéis con moveros en metro: todas las estaciones se anuncian en inglés y llegareis en un momento a cualquier sitio.


Parque Yoyogi

Como el primer día llegamos casi amaneciendo al hotel y el check-in no era hasta las tres de la tarde, nos acercamos a dejar las maletas y nos fuimos directamente al parque Yoyogi, después de 18 horas de viaje y arrastrando el jetlag correspondiente. Pero oye, es que llegar a Japón te enchufa todas las energías que hayas podido gastar en el vuelo,sobre todo si te reciben 16 graditos en pleno Diciembre y un sol de escándalo. Hemos tenido una suerte espectacular con el tiempo pese a, como la vez anterior, viajar en invierno. En todo el tiempo que hemos estado allí no hemos visto ni una nube y las temperaturas fueron primaverales.

1

Aprovechando que era domingo, día que los tokiotas se van a pasear por el Yoyogi y Harajuku se encuentra en plena ebullición, repleto de adolescentes que van de compras, decidimos gastar la primera mañana por la zona. El Yoyogi es un parque enormísimo, con más de 120.000 árboles, que los fines de semana se llena de vida (en invierno abre hasta las 17:00, mejor que vayas pronto) y donde encontrarás desde familias haciendo picnic a gente practicando jogging, artes marciales, bailarines y músicos e incluso podrás toparte con una boda japonesa, como fue nuestro caso. Yo ya las había presenciado en mi primer viaje y la verdad, es una preciosidad ver alguna de ellas.

Aunque en Japón son cada vez más las parejas que contraen matrimonio al estilo occidental (hasta un 64% de las totales), aún hay muchas parejas que se casan del modo tradicional. Estas bodas por el rito sintoista suelen ser ceremonias muy caras de organizar, una media de 30.000 euros por enlace,y han de celebrarse en un santuario o templo Shinto. Al encontrarse en mitad del Yoyogi el precioso templo Meiji, en mi opinión uno de los más bonitos de la ciudad, los domingos es habitual que puedas encontrarte con alguna boda celebrándose allí.

El mes en que más bodas se celebran suele ser Noviembre ya que para los japoneses el 11 es un número de buena suerte. Las novias suelen utilizar tres kimonos diferentes, peinados muy elaborados con abalorios diversos (los kanzashi) y un gorro blanco que equivale al velo occidental, los hay de dos tipos, el wataboshi y el tsunokakushi. Las ceremonias suelen durar sólo 20 minutos, los novios emiten sus respectivos discursos (¡pero nunca llegan a tocarse!) y después viene el banquete correspondiente. Las familias más conservadoras aún hoy en día organizan miais (literalmente «mirarse el uno al otro»), citas concertadas para buscar marido o esposa. En Japón las mujeres de familias tradicionales suelen casarse muy jóvenes, sobre los 22 años, y muchos padres utilizan la figura del nakodo, que suele ser un intermediario (familiar o amigo) entre las dos familias.

Las bodas japonesas son un cúmulo de tradiciones milenarias. La novia se pinta de blanco de los pies a la cabeza como símbolo de su soltería y así demostrar su pureza a los dioses. La boda se inicia con una procesión como la que veis en estas fotos, encabezada por el sacerdote. Se realiza entonces el rito del San San Kudo, donde los novios beben sake, se brinda por los novios con sakazukis y se reza por su felicidad. Los novios, en vez de intercambiar anillos, utilizan un rosario japonés (el juzu) y culminan la fiesta con el Haru no Gui, lo equivalente a nuestros banquetes.

2

Volviendo al santuario, el Meiji es uno de los templos más importantes de todo Japón, imaginaos lo que supone para muchas parejas casarse aquí. Para llegar a él, lo más fácil es que cuando salgáis de la estación de Harajuku, crucéis el puente de Jingu-Bashi y tiréis por la entrada de la derecha, presidida por una inmensa torii (las toriis son las puertas que indican el paso del mundo terrenal al de las deidades). Lo cierto es que hace años este puente estaba lleno de lolitas y frikis disfrazados de los personajes más insólitos pero ultimamente ha decaido mucho el tema. De hecho, la otra vez estuve viendo a las bandas de rockabilly que hacen sus competiciones de baile y esta vez iba con la idea de mostrárselas a mi novio pero nada, ni rastro.

Como ya sabréis, el sintoísmo es la segunda religión mayoritaria en Japón tras el budismo japonés, anterior a la llegada del budismo y aún bien vigente en la actualidad. El sintoísmo rinde culto a los kami, los espíritus de la naturaleza, y en la mayoría de los casos a los animales, que son considerados mensajeros de los dioses (por este motivo se encuentran en muchos santuarios los koma-inu, los perros protectores). En el sintoísmo no existen escrituras sagradas, lo que implica la ausencia de leyes morales religiosas impuestas.

El santuario Meiji está en pie desde 1920 y está considerado por el gobierno como uno de los templos kanpei-taisha (los más sagrados de Japón). Aunque fue bombardeado en la Segunda Guerra Mundial (¡cuanto daño hacen las guerras!), se reconstruyó a finales de los 50, conservando el patrón original. Está dedicado al emperador Meiji, el primer emperador del Japón moderno, y su esposa Shoken. Se divide en dos recintos, el interior (Naien), con el propio santuario y un museo del tesoro,y el exterior (Gaien), con casi un centenar de murales y barriles de sake, los nihonshu.

asia-005

Harajuku

Parece mentira que a tan sólo unos minutos andando del Meiji Shrine pueda encontrarse uno un lugar tan diferente y tan buena muestra del Japón más extremo como es el distrito de Harajuku. Los domingos se pone hasta los topes de gente joven con las pintas más extravagantes, abren todas las tiendas y es un paraíso para los que amamos ir de shopping. Y es que aunque la calle principal de las tiendas de ropa más chula no llegue al medio kilómetro, la Takeshita Dori está plagada de tiendas con ropa guapísima y a muy buenos precios. Como la otra vez, me volví a venir cargada de bolsas y nos tocó hacer malabares para poder cerrar las maletas. Pero es que hay que aprovechar ya que estás allí, tienen unos diseños súper originales,bastante difíciles de encontrar fuera de Japón, y merece la pena llevar algo de dinero extra para renovar vestuario.

Los que vayan buscando ropa que de una vuelta de tuerca más,les recomiendo que se pasen por Closet Child, una tienda para lolitas donde tienen vestidos que se escapan a cualquier idea preconcebida (y tampoco son caros, unos 40 euros). También hay un montón de tiendas de ropa de segunda mano aunque sigo insistiendo en que en general los precios son tan buenos que merece la pena comprar artículos nuevos (yo me traje zapatos preciosos por 12 euros el par y botas curradísimas que no llegaban a los 30). En cuanto a los que vayan buscando marcas caras, tienen muy cerquita la avenida Omotesando, considerada los Campos Elíseos de Tokio, aquí los precios sí que son desorbitados. Por cierto, si quieres comer por esta zona, nosotros nos metimos en uno de los pequeños callejones que salían de la Takeshita y pagamos por un bol enorme de ramen sólo 5 euros.

6


Gastronomía japonesa

Ya que he mencionado el ramen, vamos a hablar un poquito del tema gastronómico, ya que mucha gente va a Japón con la idea equivocada de que «allí sólo comen pescado crudo». En casa somos muy fans de la comida japonesa y la preparamos muy a menudo, por lo que para nosotros Japón supone el paraíso a la hora de visitar restaurantes. Son buenos, baratos y abundantes. ¡Huye de la comida occidental cuando pises suelo nipón!

Lo primero es que te defiendas con los ohashi, los palillos, ya que en la mayoría de restaurantes es difícil que encuentres cubiertos. Aunque muchos menús estén en japonés, en las vitrinas exteriores se suelen poner réplicas de cera de los platos, es tan sencillo como que le señales al camarero el plato que quieres y listo.

Tokio probablemente sea, con diferencia, la ciudad del mundo donde mayor tributo se rinde a la comida, es un restaurante detrás de otro. Los japoneses son muy dados a comer fuera de casa y la oferta es apabullante. Como aquí, también existe el menú del día, que ellos conocen como teishoku, y que suele rondar entre los 800 y los 1000 yenes, entre 5 y 7 euros,me diréis qué menú del día encontris en Madrid por ese precio.Además, hay multitud de restaurantes que abren las 24 horas del día, aquí puedes comer en el momento que te de la gana.

Yo os recomiendo que paséis alguna vez a comer en una izakaya, las tabernas japonesas. Siempre están llenas de oficinistas que se acercan a comer en sus horas de descanso y son súper auténticas. Para mi gusto, las mejores están en el barrio de Yurakucho, muy cerquita del distrito de Ginza. Date una vuelta por los aledaños de la estación, bajo las vías del tren, que está lleno de estos entrañables establecimientos. Nosotros nos acercamos allí exclusivamente a comer y salimos encantados.

Vamos a ir desgranando la comida japonesa. Su plato más conocido a nivel internacional, obviamente, es el sushi. Ya sabes, un montoncito de arroz avinagrado y semidulce que se puede combinar de diferentes maneras: atún, salmón, pulpo, erizo de mar… las opciones son interminables. Cuando están liados en un alga marina (nori) se llaman norimaki (maki significa enrrollar). Ojo que en Japón casi siempre se sirven con wasabi,esa pasta picantísima verde sólo apta para valientes.

Te recomiendo encarecidamente que no te vayas de Tokio sin haber pasado por un Kaiten Sushi: son restaurantes especializados en este plato con barras circulares tras la que cocineros (que más que cocineros son artistas) preparan el sushi a una velocidad vertiginosa y tú vas eligiendo el que más te gusta. Normalmente cada pieza sale por entre 100 y 200 yenes,por lo que por 10 euros por cabeza puedes salir más que harto. En muchos de estos establecimientos también puedes degustar sashimi, pescado crudo cortado en lonchas finísimas, una delicia para el paladar.

7

La tempura,otro plato famosísimo. Son fritos de pescado o verduras rebozados.Se suele acompañar de sopa de miso y un cuenco de arroz blanco (también hay restaurantes especializados en tempura).

Si hay algo que realmente vuelve locos a los japoneses (y a nosotros) son las sopas. Las hay de varios tipos:

Ramen: sopa de fideos de trigo de orígenes chinos. Se popularizó en Japón a mediados de los 50, cuando empezó a comercializarse como sopa instantánea. Se sirve en un bol con caldo (los más básicos son el shoyu, de salsa de soja, y el de miso), para luego añadirle diferentes ingredientes como brotes de bambú, carne de cerdo, setas, brotes de soja…

Udon: fideos mucho más gruesos. Entre los más populares, el care-udon (curry), wakame-udon (algas) y kitsune-udon (pescado).

Soba: otra variedad de fideos con muchas variedades como el tsukimi-soba (huevo crudo), zaru-soba (tiras frías de alga), yaki-soba (brotes de soja)…

A nosotros los «bares de fideos» son los que más nos gustan. Los hay por doquier y salen baratísimos (normalmente un bol grandísimo sale entre 400 y 900 yenes). Generalmente en la puerta hay una máquina donde eliges el plato, echas el dinero y le das al camarero el ticket, en dos minutos te lo están sirviendo. También hay muchos puestos callejeros, los yatai, donde te sirven un buen plato de ramen por muy poco dinero.

Diferentes tipos de brochetas:

Kushiyaki: brochetas al grill.

Yakitori: de pollo (los mejores locales se encuentran cerca del mercado de Ameyayokocho).

Kushiage: brochetas rebozadas.

Gyozas

Plato también de orígen chino, son empanadillas de carne o verduras, muy populares en las izakayas, se suelen servir en platos de media docena como acompañante. En las izakaya también es muy habitual comer omuraisu, una especie de tortilla francesa rellena de verduras.

Takoyaki: bolitas de pulpo cocido y asado a la plancha.

Mishosiru (sopa de miso). ¡Qué bien entra calentita en invierno! Es muy básica pero muy sabrosa, se compone de dashi (caldo de pescado) y el miso (pasta de soja), se suele acompañar con tofu en daditos.

Onigiri: bolas de arroz rellenas de pescado y envueltas en algas.

Seguimos con el tema de restaurantes porque antes de ir, estuvimos ojeando algunos restaurantes temáticos para ir a cenar, que los japoneses se flipan mucho con estas cosas y lo hacen todo a lo grande.

Lo bueno es que dos de los que miramos se encontraban en el barrio de nuestro hotel, Ikebukuro, por lo que nos vinieron de lujo para ir a cenar después de todo el día pateando. Lo cierto es que para lo currados que estaban y los espectáculos que se montan, tampoco nos salieron nada caras las cenas, unos 30 euros por persona, mereció un montón la pena.

El primero al que fuimos es Alice In An Old Castle, un restaurante inspirado en Alicia en el País de Las Maravillas. La decoración es una auténtica preciosidad, con cortinas de terciopelo y lámparas gigantescas, las camareras no sólo van disfrazadas de Alicia sino que te cantan mientras te sirven y los platos, como veis, están inspirados en los personajes del libro.

12

13

El segundo de ellos es el restaurante Lock Up, que simula una prisión y está curradísimo. Ya la entrada da auténtico pavor porque es un pasillo oscurísimo rollo el Pasaje del Terror. Nada más llegar, una camarera vestida de mujer policía te esposa y te llevan a tu celda, está guay porque cenas en un reservado para vosotros solos. A mitad de cena, se apagan las luces y comienzan a aparecer presos disfrazados asustando a los comensales, la verdad que montan un show divertidísimo. Y como digo, bastante bien de precio, cena con postres y dos cocktails cada uno, 27 euros por persona.


Barrio de Ikebukuro

Hablando de Ikebukuro, este no es un barrio que destaque por sus atractivos culturales pero nos encanta alojarnos allí porque sin lugar a dudas es una buena muestra de lo que supone el Japón más moderno y futurista. Es un cúmulo brutal de centros comerciales (Parco, Sebu, Tobu, Loft, plantas y más plantas de tiendas), el Sunshine 60, un rascacielos de 240 metros que fue durante años el edificio más alto de Asia, y cientos de restaurantes y locales de karaoke, el pasatiempo favorito de los japoneses junto al pachinko.

En Otome Road se encuentra el que se conoce como «Akihabara para chicas»,con tiendas especializadas en manga yoi (comics y videos de sexo entre hombres). A las japonesas les pone un montón ver relaciones entre homosexuales y se han empezado a abrir aquí los primeros maid cafe para chicas, con camareros como sirvientes.La tienda más importante de este tipo es la Animate.

Toda esta zona se encuentra en la parte este de Ikebukuro; nuestro hotel estaba en la zona oeste, mucho más tranquila y agradable para pasear por las noches. Por cierto, cerca de la salida oeste no os perdáis la curiosa Fukurou Koban, las cabinas de policía, tipo comisaría, pero inspiradas en el manga ¡molan un montón!

15

Centro de Tokio

Seguimos con las visitas para irnos al area más conocida de Tokio, Chiyoda o lo que es lo mismo, el centro de la ciudad. Para llegar hasta aquí nos vamos a ir hasta la estación de Tokyo, la mayor de la ciudad y punto de salida de los shinkasen, los trenes bala. Por aquí circulan diariamente más de tres mil trenes, imaginaos entonces su magnitud. Inaugurada en 1914, resalta entre la arquitectura tokiota ya que su diseño está inspirado en la Estación de Amsterdam, te parece estar en Europa.

Si nos hemos venido hasta aquí es para visitar los preciosos jardines del Palacio Imperial, la residencia de la familia real japonesa. Aunque el palacio y los jardines interiores no están abiertos al público, la entrada a los jardines es totalmente gratuita y es una visita ineludible.

El Palacio Imperial, el Kokyo, está rodeado por murallas y fosos llenos de cisnes; si tienes la suerte de, como nos ocurrió a nosotros, recorrerlo un día soleado, te vas a topar con una estampa magnífica. Su imagen más conocida es la del puente Nijubashi, por donde se accede a los jardines, es de auténtico cuento.

Antiguamente aquí se ubicaba el Castillo de Edo, la residencia previa de los emperadores y de la que ya sólo quedan unas cuantas piedras y algunas torres. En la actualidad la única zona accesible para los visitantes es el Kokyo Higashi Gyoen, los Jardines del Este, que bien se merecen un paseo de un par de horas. A estos se accede por la Puerta de Ote-mon,junto a la que se encuentra una sala de artes marciales.

17

Las torres mejor conservadas son de estilo Fujimi-yagura y se encuentran en la zona norte del jardin. En un principio estaban dedicadas a la defensa imperial pero hoy en día su función es meramente decorativa. Antiguamente, con sus 58 metros, una de estas torres era la más alta de todo Japón pero la destruyó un incendio y nunca fue reconstruida. Se decía que el Castillo de Edo podía equipararse a la Ciudad Prohibida de Pekin: es una pena que de aquel megarecinto no quede practicamente nada, aunque como comento, los jardines son verdaderamente bonitos.

Del Palacio nos fuimos dando un paseo a otra visita que me quedó pendiente la primera vez, la de mítico Nippon Budokan, donde han tocado algunas de las bandas más importantes del mundo y se han grabado multitud de discos en directo, quizás el más famoso el Made in Japan de Deep Purple. Con una capacidad de 14.000 espectadores, se construyó en 1964 para las competiciones de judo de las Olimpiadas de ese mismo año y posteriormente se convirtió en el recinto más famoso de Japón para espectáculos de toda índole y cada 15 de Agosto acoge las ceremonias conmemorativas en homenaje a los japoneses fallecidos en la Segunda Guerra Mundial, a la que asisten siempre el primer ministro y el emperador.

Ya que andábamos por esta zona, aprovechamos para acercarnos al santuario Yasukuni, que fue otra de las visitas pendientes en mi primer viaje. Este es uno de los templos más polémicos de Tokio ya que se erigió tras la guerra civil japonesa, la Boshin, que tuvo lugar entre los partidarios del gobierno Tokugawa y los partidarios de la devolución del poder al emperador. Una vez terminado el conflicto se levantó el santuario para honrar el espíritu de los fallecidos en combate pero solo a los ganadores ya que a los partidarios de Tokugawa se les considero enemigos del emperador. Curiosamente,es uno de los pocos templos privados de Tokio y uno de los poquísimos en los que ondea la bandera japonesa. Apenas hay visitantes extranjeros ya que es un lugar que suele pasar desapercibido para los turistas y quizás ello es lo que le otorga un mayor encanto.

20

Akihabara

El paraíso de la electrónica. Ya os conté en mi anterior viaje a Japón que yo soy poco devota de las maquinitas pero por un lado, siendo mi chico informático electrónico, debíamos visitarlo sí o sí. Y además, que Akihabara,como barrio en sí es una auténtica pasada. A nivel visual es impactante, con los edificios plagados de pantallas, carteles y luces de neón, así que imprescindible que guardes alguna mañana para darte una vuelta por aquí.

Nosotros al final no compramos nada porque para bien o para mal, ya tenemos todos los aparatos que nos hacen falta pero por ejemplo, los Ipads estaban bastante más baratos que en España y hay un montonazo de tiendas de productos de segunda mano.

El centro comercial dedicado a la electrónica más grande del mundo se encuentra aquí, como no, el Yodobashi Akiba,nueve plantas nada menos. Esta zona también hará las delicias de los amantes de los comics. Destacan el Animate (ocho plantas dedicadas al manga y videojuegos), la Comic Toranoana,la mejor tienda de Akihabara en lo que respecta a comics doujinshi, Super Potato (dedicada a los videojuegos de los 80) y el Pop Life Department, un sex shop mastodóntico donde encontrarás los juguetes sexuales más rebuscados que puedas imaginarte. Por cierto,en algunos sex shops en las plantas dedicadas a hombres se veta la entrada a las mujeres, supongo que para que más de una no se lleve las manos a la cabeza. Te recomiendo también que te pases por los almacenes Don Quijote (Donki Hote), donde tienen un montón de freakadas que podrás llevarte de recuerdo.

23

Templo Sensjo-ji de Asakusa

Cualquier visita a Tokio estaría incompleta si no fuéramos a Asakusa a ver el templo Senso-ji. Como ya me extendí un montón hablandoos de él en mi otro blog de Tokio, vayan unicamente unas fotos ilustrativas. Te sigo recordando que la Nakamise Street, esa avenida repleta de tiendecitas que va desde la Puerta del Trueno hasta el templo, es uno de los mejores lugares de Tokio para hacerte con souvenirs.

asia-023

25

Jardines Hamarikyu

Como en Asakusa gastareis básicamente un par de horas, os recomiendo que hagais un crucero en barco por el río Sumida-gawa porque es toda una experiencia. Según salgas del templo, gira a la izquierda y en unos diez minutos llegarás al muelle de la Tokyo Cruise Lines. El trayecto cuesta 720 yenes y te recomiendo que en vez de llegar hasta el final, al muelle Hanode, te bajes antes en los preciosos jardines Hamarikyu, para mi gusto unos de los más bonitos de Tokio. Coméntalo al adquirir el ticket del barco ya que te cobrarán 300 yenes más por la entrada al parque pero merece un montón la pena. Podrás ir admirando la cantidad de puentes, todos diferentes, que atraviesan el río: el Azumabashi, Komagatabahi, Umayabashi, Kuramaebashi, Flyogokubashi…

Los Jardines Hamarikyu fueron construidos durante el periodo Edo hace 300 años,en un principio como residencia de los señores feudales (eran la residencia de verano de la familia Tokugawa y más tarde los jardines donde iba a relajarse el emperador Meiji) pero posteriormente se abrieron para el público en general. En esta época de año está realmente precioso y es que el otoño le da a los árboles de Tokio unos colores verdaderamente mágicos. Si no vas en barco, puedes acceder a ellos caminando diez minutos desde la estación de Shimbashi. Calcula una hora larga para recorrerlos con tranquilidad.

Antiguamente la aristocracia japonesa venía aquí a cazar patos; hoy en día los patos perduran sin nadie que les amenace y aún se sigue realizando la ceremonia del té en una pequeña isla dentro del parque.

31

Un detalle que me encanta de los japoneses: el uso de mascarillas cuando tienen la gripe para no andar lanzando microbios a diestro y siniestro.A esto se le llama pensar en el prójimo. Muchos de ellos también lo usan por el kafunshou, la alergia al polen, aunque la época en la que hemos viajado nosotros su utilización responde más a lo que os comentaba antes, no contagiar los catarros.

34

La isla de Odaiba

Más visitas que tenía pendiente: Odaiba. Esta isla artificial la recorrí en monorrail en mi primer viaje pero como íbamos apretadas de tiempo no nos bajamos a pasear por ella. Así que en esta ocasión no quería perdérnosla. Para visitarla has de ir hasta el sur de Tokio,a la estación de Shiodome,y allí coger la Yurikamome Line, es decir, el monorrail (sirven las tarjetas Suica y Pasmo y es un tren que va sin conductor). Lo mejor es que te bajes en la parada de Daiba y desde allí ya te dediques a recorrer la isla. Las vistas del skyline de Tokio son impactantes.

Basicamente es una isla donde predominan los centros comerciales gigantescos. Los más importantes son el Decks Tokyo Beach (en la sexta planta está Little Hong Kong, una reconstrucción de una calle de Hong Kong), Sega Joypolis, un parque temático de realidad virtual (entrada 500 yenes), Palette Town, con el Venus Fort, un centro comercial de estilo renacentista, la Daikanrasha Ferris Wheel, una noria de 115 metros de altura, Megaweb (una sala de exhibición de Toyota),y el AquaCity, que fue donde nosotros aprovechamos para hacer una parada para comer.

Este de aquí abajo es el futurista Fuji TV Building, el cuartel general del canal Fuji TV, diseñado por Kenzo Tange. La entrada es gratuita y hay una plataforma de observación en la esfera del piso 25 (la entrada ahí sí cuesta 500 yenes).

35

¡Qué ganas tenía de fotografiarme con la estatua de Gundam! 18 metros de altura nada más y nada menos. Gundam es una serie de animación famosísima en Japon (se emite hace tres décadas) y aunque en un principio la estatua se construyó de un modo «temporal», su aceptación fue tal que acabó quedándose al lado del centro comercial DiverCity. Entendedme: ¡de pequeñita mis dibujos animados favoritos eran los de Mazinger Z!

36

Y sí, aunque cueste creerlo estamos en Tokio, no en Nueva York. Y es que en Tokio también hay una Estatua de la Libertad, aunque curiosamente no es una copia de la americana sino de la francesa (ya sabéis que Tokio también cuenta con su particular Torre Eiffel, la Torre de Tokio).

37

Parque de Ueno

Ueno es otro de los grandes parques de Tokio. La primera vez que lo visité me pareció de una belleza apabullante, en parte por los preciosos templos que acoge, y aprovechamos el buen tiempo para ir a pasear otra de las tardes. Aquí se encuentran además varios museos (el Museo Nacional de Tokio, el de Arte y el de Ciencias). Los templos más importantes son el Kaneiji, el Kiyomizu Kannon y el Toshogu.

43

Ya que estábamos en Ueno,aprovechamos para dar una vuelta al anochecer por el mercado de Ameyoko, ya que en el viaje anterior me había venido cargada de compras. Esta vez,sin embargo, no encontré las gangas que en Takeshita Dori pero bueno, me vino guay para mostrarle a mi chico uno de los mercadillos más auténticos de Tokio, donde puedes comprar pescado fresco por cuatro duros. Es un lugar que te recomiendo no dejes de visitar porque tiene mucha vidilla.

Barrio de Shimokitazawa

Hablando de compras, un barrio al que apenas se acercan los extranjeros y que, sin embargo, está lleno de tiendas con auténticas gangas y mucha segunda mano es el barrio de Shimokitazawa. Para llegar hasta aquí tienes que coger en Shinjuku la Odakyu Line. Está lleno de callejuelas con tiendecitas de todo tipo (sobre todo ropa),a nosotros nos gustó un montón porque es donde vienen a comprar los japoneses y es un barrio que se sale totalmente de los circuitos turísticos.

Ochanomizu: el paraíso del rock n’ roll

Y seguimos con las compras. Y es que los fans de la música tenéis una visita indispensable: Ochanomizu. Por dos motivos. Uno que puedes encontrarte tiendas de discos de segunda mano de volverte completamente loco. Nosotros encontramos un montón de Cd’s descatalogados a precios irrisorios de uno y dos euros la unidad. Mi novio ya no sabía donde cargar con tanta bolsa (hice como en California, tirar las cajas y traernos solo los Cd’s y los libretos, entre los dos nos trajimos cerca de cien discos). Pero Ochanomizu también es famoso por ser el barrio donde se agrupan las tiendas de instrumentos en la Ochanomizu Music Instrument Avenue, una calle de medio kilómetro ¡donde todo, absolutamente todo, gira en torno a la música!

46

Si vienes a esta zona,te aconsejo que andes un ratin y te des una vuelta por el barrio de Kanda, que es otro de los barrios «ignorados» de Tokio y tiene rincones verdaderamente especiales, como la iglesia de San Nicolás, la Nikolai-do (sí, en Japón también se pueden encontrar iglesias ortodoxas).

47

Este de aquí abajo,también en Kanda, es el templo de Yushima Seido, dedicado a Confucio

48

Shin-Okubo: el barrio coreano

Otro de los barrios «marginados» por los turistas en Tokio es el barrio coreano, Shin-Okubo. Fuera de Corea, es el Korea Town más grande del mundo y, sin embargo, pasa totalmente desapercibido para los visitantes. Aunque ha cargado siempre con la fama de peligroso, yo creo que esto responde más a rencillas entre japoneses y coreanos que a la realidad pura y dura, nosotros estuvimos dando una vuelta por la noche sin ningún tipo de problema.

Se encuentra no muy lejos de Shinjuku (a la que iremos ahora) y aunque no tenga monumentos destacables, si quieres sentir la auténtica «korean life»,con restaurantes que ofrecen yakiniku (carne a la parrilla), tiendas donde venden discos de K-Pop (el pop coreano), librerías y supermercados coreanos, piérdete por Shin-Okubo un par de horas. A mí me pareció un lugar la mar de curioso.

Shinjuku y Shibuya

Y sí, nos vamos ya a Shinjuku, aunque debo reconocer que como ya lo conocía de la otra vez, en esta ocasión no fuimos a Kabuchiko, el barrio rojo, ni al Golden Gai; preferimos sacrificar sitios que ya conocía para ir a ver un par de tiendas de discos que nos habían recomendado, dar una vuelta entre las luces de neón y callejear por Omoide Yokocho, que nos pìllaba a un paso de las tiendas.

El tiempo que le restamos a Shinjuku lo cierto es que le sumamos a Shibuya. Es verdad que dependiendo de a qué horas puede resultar algo agobiante de la cantidad de gente que hay allí (¡ese cruce mítico!) pero es un barrio con un montón de cosas interesantes. Y a nivel comercial ni te cuento.La única decepción fue comprobar que habían cerrado la HMV, la tienda de discos más importante de Tokio que sin embargo sí visité hace 4 años y que ahora ya sólo vende por correo. Una lástima aunque a cambio nos pasamos por la Tower Records, que sigue teniendo un interesante fondo de catálogo (aunque sigo insistiendo que en Tokio lo que interesan son las tiendas de discos usados).Pero todo lo demás sigue igual. Calles con decenas de rascacielos donde la gente va a comprar (los reyes siguen siendo los almacenes 109). Por cierto, si eres manitas, no dejes de pasarte por Tokyu Hands, donde tienen miles de artículos para el bricolaje.

La estatua de Hachiko,el perro fiel que esperó a su amo durante más de diez años en Shibuya, sigue siendo punto de encuentro para los jóvenes tokiotas. Precisamente durante nuestro viaje se celebraba una exposición conmemorando los 90 años de su nacimiento. Los japoneses le quieren tanto que incluso, como veis en la fotografía de ahí abajo,existen Hachiko buses.

52

El Moai de Shibuya, otro monumento emblemático que rinde culto a los moais de la Polinesia. Fue donado en 1980 por el pueblo de Niijima

53

La calle más famosa de Shibuya es Center Gai y es aquí donde se supone que nacen muchas nuevas tendencias de moda japonesa. Muy cerquita está la Spain Zaka (la Colina de España), un pequeño callejón que en la práctica de español tiene más bien poco. Cerquita también tienes el Nonbei Yokocho, un distrito lleno de bares minúsculos muy en la onda del Golden Gai, parece mentira que unas callejuelas así puedan estar escondidas entre los rascacielos.

Nippori

Y vamos a ir terminando nuestro viaje en el que para mí es el barrio de Tokio que mejor guarda la esencia del Japón feudal, el precioso barrio de Nippori. Fue uno de los que más me gustó en mi primer viaje y estaba deseando volver a pasear por sus tranquilísimas calles, muchas de ellas peatonales.

Lo mejor es que comiences el recorrido por el cementerio de Yanaka, que se encuentra muy cerquita de la salida sur de la estación de tren (según sales, sube la cuesta que queda a tu izquierda). El Yanaka Reien es un cementerio bastante atípico, incluso comparado con otros cementerios japoneses. Es gigantesco y se ubica en los terrenos de un antiguo templo: puedes pasarte horas paseando por sus entrañas.

La entrada, obviamente, es gratuita. Una de las visitas más reseñables es la del templo Tennoji, construido en 1274 y con una bonita estatua de Buda (hay una placa que especifica que fue trasladada de su ubicación original).Tuvimos un montón de suerte porque cuando fuimos a visitarlo estábamos completamente solos.

55

Cuando acabes la visita en Yanaka,regresa a la estación y desde allí enfila hacia la Yanaka Ginza, una calle llena de tiendecitas de barrio (pescaderías, fruterías…) Este barrio residencial, con sus viejecitos haciendo la compra, probablemente sea, insisto, uno de los más entrañables de Tokio y con seguridad la mejor despedida para un país al que,si nos astros son propicios, volveremos por tercera vez el año próximo. ¡Arigato Japan!

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.