Es curioso que me haya puesto con un artículo como este, el de las cafeterías más bonitas de Madrid, porque sí, os lo tengo que confesar: ¡no me gusta el café! Sin embargo, aunque parezca una contradicción, me chifla el olor de café por las mañanas. Pero yo de toda la vida soy una tetera redomada, así que cuando paso por las maravillosas cafeterías de las que os voy a hablar, me pido un té calentito: incluso veréis que al final del artículo me he permitido la licencia de incluir un salón de té. Y es que en estos acogedores rincones lo que más importa no es lo que te tomes (que también) sino el espectacular ambiente que han logrado conseguir sus dueños. Lejos han quedado esos tiempos en los que en Madrid la única opción que teníamos para el desayuno o la merienda eran esos bulliciosos bares en los que tenías que pegarte por hacerte un hueco en la barra para pedir un cortado. Si hace años suspirábamos por tener bonitas cafeterías como las que aparecían en series como «Friends» o «Las chicas Gilmore» (¡siempre suspiré por tomarme un batido en el café de Luke!), nuestros deseos se han visto cumplidos: Madrid se ha llenado de cafeterías encantadoras donde te sentirás mejor que en tu propia casa.

Cafeterias Madrid

Me encanta quedar con amigas muchas tardes para ir a estas cafeterías pero también disfruto entrando sola a hacer un descanso en alguna jornada de compras o si he quedado con alguien y veo que aún tengo una hora por delante y tiempo suficiente para dedicarme un ratito a mí misma. Pocos placeres como el que da entrar en estos locales acompañada de un libro o mi inseparable libreta, en la que escribo ideas que me van llegando para el blog o directamente voy perfilando futuros reportajes. Adoro esa sensación de sentirme un personaje anónimo en estos bonitos locales con aroma a pasteles recién hechos. Son mi refugio en las frías tardes de invierno. Y a ellos quiero invitarte.

Salón des Fleurs

Con diferencia mi cafetería favorita en Madrid. Me la descubrió hace tiempo una amiga, una tarde que quedamos y me comentó «¡hoy te voy a llevar a un lugar de lo más especial!». Y no me engañó: desde entonces, han sido muchas las tardes que he pasado aquí y yo misma se la he descubierto posteriormente a muchas amigas amantes de estas jornadas en las que el tiempo se pasa volando cuando estás junto a alguien a quien quieres.

El Salón des Fleurs es también una floristería y no hay nada más sugerente que tomarte un té rodeado de flores de colores. Mi rincón favorito es esa mesita de la derecha, pegada a la ventana, desde donde me encanta ver caer la lluvia. Tienes diez tipos de té para elegir (yo siempre me decanto por el de cereza y caramelo o el de champán con fresas) y para el verano os recomiendo alguno de sus tés fríos, también riquísimos. Cierran pronto (de lunes a viernes a las 20:00 y los fines de semana a las 14:00), por lo que mi hora preferida es justo después de comer, para hacer la sobremesa, ya que a mitad de la tarde es difícil coger hueco.

Salon des Fleurs cafeteria Madrid
© Salon des Fleurs

El Jardín Secreto

El Jardín Secreto cafetería Madrid
© El Jardín Secreto

Aunque no he confeccionado esta lista por estricto orden de preferencia, El Jardín Secreto es mi segunda cafetería favorita ¡tiene tanto encanto! Se encuentra a apenas unos minutos de Plaza de España y es un sitio ideal si estás planeando una primera cita con alguien especial ya que el local es de cuento: pocos lugares en Madrid con tan fantástica decoración. Además, si te apetece quedarte a cenar, podrás hacerlo: una carta de lo más original en la que hasta se incluyen carpaccios de camello o cebra y una sugerente selección de postres.

Lolina Vintage

Lolina Vintage Madrid
© Lolina Vintage

Al Lolina le tengo mucho cariño no sólo porque sea uno de mis rincones favoritos de Malasaña sino porque tuvieron el detalle de rendir homenaje, coincidiendo con su regreso a la pequeña pantalla, a una de mis series favoritas, «Las chicas Gilmore», decorando el local inspirándose en el Luke’s Cafe y dando la bienvenida con el eslogan «Bebe deprisa, vive deprisa, habla deprisa«. Una cafetería pequeñita a la que conviene ir con tiempo para coger mesa. Y he de confesar que aquí, más que por sus desayunos, vengo por los cocktails, que están de muerte y además no escatiman a la hora de ponerlos cargados. Como tiene que ser.

Living in London

Living in London cafetería Madrid
© Living in London

Hasta ahora se encontraban en Santa Engracia pero recientemente han trasladado el local a la calle Núñez de Balboa. Lo más parecido a un salón de té londinense que puedes encontrar en Madrid. Además tienen una tienda aledaña, atiborrada de productos británicos, desde vajilla a artículos de decoración, galletas de mantequilla o mermeladas. La carta de tés es sencillamente grandiosa (ojito al Nepal Masala) y aunque no es demasiado barato (las raciones de tarta rondan los seis euros y os recomiendo la de chocolate con frambuesa), merece la pena pagarlo por disfrutar de un salón con un ambiente vintage inigualable.

El Jardín de Salvador Bachiller

Jardin Salvador Bachiller Madrid
© El Jardín de Salvador Bachiller

Salvador Bachiller, la prestigiosa marca de maletas, ha creado algunos de los gastrobares más bonitos de Madrid, entre ellos El Invernadero, aunque mi preferido es El Jardín que se encuentra en la azotea de Montera 37. Aviso que hay que darse de tortas por pillar mesa, por lo que es recomendable que vayáis con reserva: la consumición mínima es de nueve euros y abren a partir de las 16,00. Alguna vez he comido aquí también (riquísima la hamburguesa vegetariana con queso de cabra) pero qué queréis que os diga, lo que me pirra es el sorbete al cava de mora con limón. Y más con esas vistas y ese fresquito en verano.

Miga Bakery

Miga Bakery cafeteria Madrid
© Miga Bakery

El Miga Bakery es una cafetería que vende pan artesanal (tienen su propio obrador) a la que suelo ir a menudo a desayunar porque me coge al lado del trabajo: no sabéis qué bien sienta esa media horita en este local tan hogareño y en el que los dependientes son amabilísimos. Reconozco que tal vez los desayunos no son nada del otro mundo pero el ambiente es muy cálido y me supone uno de los momentos de desconexión más gratificantes del día.

Café del Real

Cafe del Real Madrid
© Café del Real

Al Café del Real, en la Plaza de Isabel II, muy cerquita de Ópera, le tengo un cariño especial porque fue uno de los primeros lugares que me descubrió Juan al poco de comenzar a salir juntos. Es uno de los cafés míticos de Madrid, junto al Café Gijón o el Café Comercial, y ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos convirtiendo la planta de abajo en un restaurante donde el plato estrella son las pizzas caseras. Sin embargo, yo me quedo con la planta de arriba, mucho más íntima, ideal para charlar con buena música de fondo.

La Ciudad Invisible

La Ciudad Invisible Madrid
© La Ciudad Invisible

Otra de mis favoritas ya que es la «cafetería viajera» por excelencia. Estanterías repletas de guías de viajes, que se pueden llevar prestadas o consultar allí mismo mientras saboreas  alguna de sus tartas (para mí lo mejor el bizcocho de zanahoria) o te tomas una cerveza Aurora o Goose Granuja. Continuamente están organizando eventos viajeros bien interesantes, por lo que es el paraíso para los que nos gusta conocer mundo: charlas sobre viajes a Camboya, Islandia, Bulgaria o Laponia, coloquios, turismo responsable, exposiciones… El Edén del buen viajero.

(ACTUALIZACIÓN: Lamentablemente, La Ciudad Invisible cerró en Noviembre del 2020. No obstante, el recuerdo que nos dejó fue tan bonito que hemos querido que permanezca en este artículo).

Mamá Framboise

Mama Framboise cafeteria Madrid
© Mamá Framboise

A Mamá Framboise llegué de casualidad un día que tenía una revisión médica allí cerca y me di cuenta que había llegado con tiempo de sobra; como el día estaba feo, me puse a buscar una cafetería chula para tomar un tentempié y ahí apareció Mamá Framboise, a la que he regresado varias veces, que tiene siete locales repartidos por la capital y no por ello te dará la impresión de estar en una impersonal franquicia. Todo lo contrario: el ambiente es acogedor e invita a las largas charlas en las que el tiempo no cuenta. También sirven comidas y batidos de frutas de temporada pero si he quedarme con algo, que sea con el bretzel de arándanos.

(ACTUALIZACIÓN: Mamá Framboise se vio obligada a cerrar en Junio de 2020 tras más de diez años en funcionamiento. ¡Gracias por tantas buenas tardes vividas allí!)

Café de la Luz

Café de la Luz Madrid
© Café de la Luz

En pleno centro de Madrid, escondido en uno de los callejones traseros de Gran Vía, se encuentra otra de mis debilidades: el Café de la Luz. Cuando vas paseando, cuesta fijarte en él porque la fachada es bastante espartana. Sin embargo, el interior es otro cantar: ¡parece que hayas venido de merendola a la casa de la abuela! ¡Qué fan soy de esos sillones orejeros y esas lámparas del año de Maricastaña! Y cuentan con una ventaja adicional: abren hasta tarde, las dos de la madrugada. Por si se alarga la conversación y no quieres estar con el agobio de que te traigan la cuenta.

Al Yabal

Al Yabal Madrid
© Al Yabal

Gustándome como me gustan los ambientes morunos, una de mis pasiones es gastar la tarde en algunas de mis teterías árabes favoritas en Madrid, que tenemos unas cuantas. Mis preferidas son Las Mil y Una Noches, Habibi y Nagamat. Pero añadiría además el salón Al Yabal, con una decoración magnífica que te hará volar a las viejas medinas de Marruecos. Qué mejor lugar que este para tomarse un té a la menta y fumar con amigos una cachimba.

Ficus

Pinkoco Madrid
© Pinkoco

Acabamos con este encantador recorrido yéndonos al barrio de Chueca, más concretamente a la cafetería Ficus, antes conocida como Pinkoco, una de las más exuberantes de nuestra ciudad. Si comienzas a estornudar según llega la primavera, te avisamos que esta es una cafetería-jungla: todo está lleno de plantas (y nos encanta). Un jardín urbano de lo más agradable en el que sobresalen los smoothies naturales, que puedes (y debes) acompañar con una pequeña tabla de quesos. Regentado por un italiano de pura cepa, Piero Furia (qué detalle eso de que se sirva el riquísimo Aperol-Spritz que tan buenos recuerdos nos trae de nuestro viaje a Venecia), Ficus por las mañanas ejerce como tienda de cosmética natural y por la tarde se transforma, como si de una Cenicienta se tratara, en un local que brilla con luz propia.

4 comentarios

  1. Aún tengo pendiente conocer Madrid, lo haré en breve y te aseguro que esta ruta queda anotada. Gracias por tus post. Saludos.

  2. Me encanta!!! Lo he compartido en facebook para no perderlo de vista.
    Intentaré visitarlas todas

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