Algo con lo que se quedan extasiados turistas de otros continentes cuando llegan a Europa, ya sean asiáticos, africanos o americanos, es con la cantidad de castillos que quedan impecablemente conservados en estas tierras. Los castillos en la antigüedad eran los hogares de reyes y nobles, en ellos se celebraban multitudinarias fiestas y casi siempre se construían en colinas que favorecieran las labores de defensa, aunque también era una forma de decirle a la plebe, el pueblo llano, quienes estaban arriba y quienes abajo. Hoy en día muchos pertenecen a familias de alcurnia que los han abierto al público, otros tantos se han reconvertido en museos y algunos continúan siendo residencias de reyes y princesas. Pero todos tienen algo en común: en el folclore popular se han mantenido como un elemento indispensable de los cuentos que se relatan a los niños antes de dormir. Y es tal la devoción que por ellos sienten los más pequeños que han inspirado los castillos de Disneyland y muchas películas infantiles. Pero para los adultos también constituyen uno de los puntos estrella de cualquier viaje y por ello dedicamos este artículo a recorrer algunos de los más bonitos de Europa.

Castillo de Hunedoara

Castillo de Hunedoara

Comenzamos nuestra aventura en Rumanía, más exactamente en el Castillo de Hunedoara, conocido también como Castillo de Corvino. Es uno de los más grandes de Europa y está considerado una de las siete maravillas rumanas.  Se construyó en 1446 a orillas del río Zlasti, está rodeado por una doble muralla y supuso una innovación en la arquitectura de la época al combinar torres cuadradas con otras circulares: algunas de ellas como la Capistrano o la Torre Desierta fueron usadas como prisiones.  John Hunyadi, su primer dueño, tuvo aquí encerrado a Vlad el Empalador, con quien años más tarde, paradójicamente, estableció alianzas pese a haber asesinado en el pasado al padre de Vlad. La leyenda cuenta que el pozo del castillo fue escavado por tres prisioneros turcos a los que se les prometió la libertad si encontraban agua (pero al final nunca les liberaron).

Castillo de Neuschwanstein

Castillo de Neuschwanstein

El Castillo de Neuschwanstein, en Alemania, es uno de los más bonitos que hemos visitado nunca: os remitimos a nuestro artículo Ruta en coche por la Romantic Strasse para que os hagáis una idea de los preciosos pueblos que podéis encontrar en Baviera. Es el monumento más visitado de todo el país: casi un millón y medio de personas vienen al año para admirarse ante su estilizada figura. Se encuentra junto al bonito pueblo de Fussen: nosotros lo vimos en invierno, rodeado de nieve en lo alto de ese acantilado de Pöllat, y nos pareció incluso más espectacular que en otras épocas del año, sobre todo cuando te das cuenta que tras visitarlo puedes pasear por la orilla de los lagos cercanos. Luis II, conocido como el Rey Loco, fue quien lo mandó construir. Era el suyo un sueño de grandeza y lujo y nunca llegó a verlo acabado: pese a ser un gran nadador, el rey falleció nadando en un lago. El castillo contaba con comodidades no tan habituales en su época como calefacción, luz eléctrica y agua caliente: fue el primer lugar del mundo donde se utilizó un primitivo teléfono móvil. Fue el castillo en el que se inspiró Walt Disney para crear el de «La Bella Durmiente».

Castillo de Eltz

Castillo de Eltz

También en Alemania tenemos el Castillo de Eltz, considerado uno de los más bonitos del mundo. Y es que si hay un castillo que responde a la idea que tenemos de castillo medieval, es este. Curiosamente, sin embargo, no es uno de los más conocidos por los turistas; escondido en lo profundo de un frondoso bosque, quizás su inaccesible situación ha permitido que lo que presencias sea exactamente la construcción original que, además, siempre ha estado ocupada por la misma familia, aunque de esta luego salieran diferentes ramas. Con una antigüedad de más de ochocientos años, el acceso al castillo se realiza por un puente de piedra; después tendrás ante ti más de un centenar de habitaciones. El hecho de que haya tantas es precisamente por lo que comentábamos antes: en el castillo se iban quedando a vivir los herederos con las respectivas familias que iban formando. Para visitarlo, no olvides que sólo abre de Marzo a Noviembre.

Castillo Olite

Castillo de Olite

Esa fantástica foto del Castillo de Olite la tomamos cuando estuvimos haciendo un fabuloso viaje en coche por Navarra, el valle de Baztan y el País Vasco Francés .  En realidad es un palacio más que un castillo y ha sido escogido la Primera Maravilla Medieval de España. Construido bajo las órdenes de Carlos III, no se escatimó en gastos, pues la intención era la de dejar sin habla a los emisarios de otros monarcas. Como curiosidad, comentar que aún conserva un pozo de ocho metros conocido como «el huevo» donde se almacenaba la nieve que mantendría en buen estado los alimentos (una nevera a la antigua) y que el poeta Gustavo Adolfo Bécquer quedó tan enamorado de él cuando lo visitó que hasta le dedicó un ensayo.

Chateau de Vigny

Chateau de Vigny

Cuesta escoger sólo uno entre los cientos de bellísimos castillos que sobreviven en Francia. Y aunque el Chateau de Vigny no sea tan grande ni recargado como otros franceses, posee un encanto muy especial y nos hace imaginarnos asomadas a sus ventanas a rubias princesas de largas trenzas. Situado a las afueras del norte de París, fue mandado construir por un cardenal a principios del siglo XVI y fue puesto a la venta hace tres años por casi seis millones de euros.

Castillo de Lichtenstein

Castillo de Lichtenstein

Otro castillo alemán de los que dejan sin respiración. En el sur del país encontramos este castillo cuya traducción de su nombre, Lichtenstein, ya lo dice todo: «la piedra que brilla».  Seriamente dañado durante la Segunda Guerra Mundial, las restauraciones posteriores le han dejado con un aspecto imponente, en lo alto de ese vertiginoso risco. Pese a que no es estatal, sus dueños, los Duques de Urach, lo abren al público cada año de Abril a Octubre (a diario) y en Febrero, Marzo y Noviembre (los fines de semana).

Palacio da Pena Sintra

Palacio da Pena

El Palacio da Pena en Portugal, a las afueras de Lisboa, nos gusta tanto (probablemente sea nuestro castillo favorito en Europa) que hemos viajado varias veces para visitarlo ¡nunca nos cansa! Capricho de reyes, fue residencia de la familia real portuguesa y encarna maravillosamente lo que es el estilo romántico. Situado en la villa de Sintra, uno de los pueblos más fascinantes del país luso, Patrimonio de la Humanidad, se eleva en lo alto de un risco rodeado de vegetación (de ahí su nombre, «pena» significa «peña» en portugués): los alrededores son magníficos, con más de setenta kilómetros de senderos. El Pórtico del Tritón, con su escultura de un ser mitad hombre-mitad anfibio, es uno de sus rincones más curiosos. Aconsejamos visitarlo fuera de temporada, evitando verano y navidades, porque las colas pueden ser kilométricas.

Castillo Moszna

Castillo de Moszna

En Polonia, en la región de Silesia, tenemos uno de los castillos más bonitos de Europa y sin embargo muy pocos turistas han oido hablar de él, quizás porque no se encuentra cerca de las rutas más concurridas por el país. Los orígenes de su construcción se remontan al siglo XVII, cuenta con más de 300 habitaciones (en las que te puedes alojar, no es excesivamente caro, unos 120 euros la doble) y casi un centenar de torres. La originalidad de su arquitectura reside en que se construyó siguiendo tres estilos diferentes. Los jardines que le rodean no tienen tampoco nada que envidiar al palacio.

nido

Nido de Golondrina

Precioso nombre para el que está considerado el castillo más espectacular de Ucrania. Situado en Crimea, a orillas del Mar Negro, es muy pequeñito pero ello no resta ni un gramo a la belleza que atesora. Con unas fabulosas vistas y un interior mucho más sobrio que su esplendorosa fachada, se construyó hace poco más de un siglo en un acantilado desde el que en la antigüedad los romanos vigilaban las costas, siempre pendientes de la llegada de enemigos. Durante la época soviética fue utilizado como club de lectura (imaginad leer un libro en semejante lugar), aunque en la actualidad no se puede visitar por dentro debido al delicado estado en que se encuentra.

dunrobin

Castillo de Dunrobin

El Castillo de Dunrobin no sólo es el que se encuentra más al norte de Escocia, a unos cuantos kilómetros de Inverness, sino también el más grande de las Highlands: 189 habitaciones. Además, es una de las residencias escocesas más antiguas, ya que lleva habitado desde principios del siglo XIV. El castillo, que recuerda muchísimo a los chateaus franceses, fue usado como hospital para soldados en la Primera Guerra Mundial y como escuela de 1965 a 1972.  Abre de Abril a Octubre.

egeskov

Castillo de Egeskov

En Dinamarca, cerca de Odense, se encuentra el que está considerado uno de los castillos renacentistas mejor conservados de toda Europa. Una auténtica fortaleza, rodeada de agua y con pasillos secretos, que en la actualidad es el hogar de diferentes exposiciones de coches antiguos y aparatos voladores. Sólo se puede visitar en parte ya que sus dueños, unos condes, viven en los departamentos privados; aún así, se muestra al público el Salón de Caza, la Sala de Rigborg o una de las casas de muñecas más importantes del mundo. Abre de Mayo a Octubre.

balmoral

Castillo de Balmoral

La reina Isabel de Inglaterra tiene tantas propiedades que seguro que ni ella misma se acuerda de todas. Pero dudamos que haya alguna más bonita que el Castillo de Balmoral, donde a la soberana le encanta pasar sus vacaciones. Se encuentra en Escocia y se cierra al público durante Agosto, Septiembre y Octubre, que es cuando está allí la familia real; durante el resto del año, se abre en días específicos entre los meses de Abril y Julio. Además, se pueden alquilar algunas de las residencias más pequeñas que hay en el recinto, a unos precios, eso sí, nada asequibles.

oberhofen

Castillo de Oberhofen

No sabemos si es más bonito el castillo en sí o el precioso paisaje que lo rodea. El que está considerado el castillo más fabuloso de Suiza se encuentra a orillas del lago Thun y tiene casi ocho siglos de vida. Capillas, museos, salas de armaduras y hasta un salón turco para fumadores dentro de este imponente edificio en el que hasta dan la oportunidad a los niños de ser ordenados caballeros.

chenonceau

Chateau de Chenonceau

Se le conoce como el «castillo de las damas» y sin lugar a dudas es una de las grandes perlas arquitectónicas de Francia. Se halla en el Valle del Loira (la región con los mejores castillos del país) y es el monumento privado con más visitas de toda Francia. Rodeado por unos amplios jardines, en los que hay un grandísimo laberinto y una granja del siglo XVI, su parte más vistosa es la que veis en la fotografía, el Puente de Diana. Dentro se expone una valiosísima colección de pintura de autores como Murillo o Rubens.

Castillo Cochem Alemania

Castillo de Cochem

Comenzábamos el artículo con un castillo alemán y con otro alemán lo acabamos. En este caso, el Castillo de Cochem, en el valle del Mosela, que abre a diario de Marzo a Octubre. Un castillo, también conocido como Reichsburg, al que era dificilísimo acceder antaño (eso era lo que hacía inexpugnables a este tipo de edificios), que durante años fue ocupado por las tropas de Napoleón y que se encuentra en lo alto del precioso pueblo de Cochem, que parece sacado del cuento de Hansel y Gretel. Al estar situado a más de cien metros de altura, ofrece unas fabulosas vistas de la comarca; en su interior, se pueden visitar, entre otras estancias, el Salón del Renacimiento, la Armería, la Sala de las Damas y asomarse al pozo, que tiene cincuenta metros de profundidad. Además, tienes la oportunidad de disfrutar al caer la noche de una cena medieval, donde tanto camareros como músicos van ataviados con trajes de la época.

4 comentarios

  1. Fantástica tu selección de Castilos!!!! De tu listado, a parte del Château de Chenonceau, uno de los más espectaculares de los que visitamos en nuestro viaje por el Valle del Loira , solo hemos estado en el Castillo de Neuschwanstein y como vosotros también en invierno, con todo nevado, disfrutando del ambiente navideño, Fussen nos encantó, espero contar nuestro viaje por tierras alemanas en mi Blog, si algún día termino el relato de «la ruta de los Castillos del Valle del Loira»…..jaja que quiero contar toditos los detalles y no veo el fin ….
    pero a quien le guste los castillos no se puede perder este viaje , ¡anímense todos a recorrer el Valle del Loira!, les gustará.
    Yo por mi parte, anoto todos los que me faltan!!!!

  2. Los Castillos del Loira los recorrimos muy fugazmente (sólo vimos tres) la primera vez que fui a París hace muchos años, es una cuenta pendiente! Así que estaré al loro de tu artículo!

  3. Me encanta 😘😘😍 Unas fotos preciosas!!! Disfruta de los últimos días del año bombón 😘😘😘😘YA TE SIGO PRECIOSA, NO QUIERO PERDERME NADA DE TU BLOG, ME ENCANTA!!!😍😍😍 un besito 🌙✨💫⭐️😘

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