A los británicos parece que les cuesta ponerse de acuerdo acerca de si el Brexit ha sido una decisión acertada o se llevarán las manos a la cabeza cuando comiencen a dejar de recibir subvenciones por parte de Europa, eso sólo el tiempo lo dirá. Pero a los que no somos ingleses, las cosas como son, nos ha venido de fábula que la libra haya caído en picado y actualmente se encuentre casi a la par del euro, por lo que es el momento ideal para una escapada a las islas británicas. Los que se conocen Londres de pe a pa y han exprimido al máximo las opciones turísticas, pueden aprovechar para ir de shopping (en mi opinión la capital británica cuenta con unas tiendas de segunda mano francamente fabulosas en las que te llevas la ropa casi al peso, por no hablar de discos y libros) o hacer un viaje express cualquier fin de semana para ver exposiciones, conciertos o musicales y obras de teatro. Pero si aún así crees que has gastado todos los cartuchos en la ciudad del Tamesis, no te apures: puedes aprovechar lo baratos que están los vuelos y utilizar Londres únicamente como punto de partida para otros lugares cercanos que merecen también mucho la pena. Aquí te dejamos algunas propuestas.

Canterbury

A apenas una hora de tren de Londres (25 libras ida y vuelta) tenemos  Canterbury, con una de las catedrales más bonitas del territorio inglés. Y no es de extrañar ya que esta pequeña ciudad está considerada el corazón religioso de Gran Bretaña. Aquí se encuentra además la iglesia más antigua del país, la de San Martin, las ruinas de la abadía de San Agustin y el Castillo de Guillermo el Conquistador. En el condado de Kent, donde se encuentra Canterbury y conocido como «el jardín de Inglaterra», podrás hacer compras en el mercado callejero de Faversham, visitar la capilla de Shell Grotto dentro de una caverna, acercarte al Castillo de Dover (y de paso admirar los altísimos acantilados) o pasar un agradable día de playa.

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Catedral de Canterbury

Castillo de Windsor

Si eres de los que te encantan series como «Los Tudor» y te vuelven loco los entresijos de la familia real británica, protagonista absoluta de todos los diarios amarillistas ingleses, entonces tenlo claro: el Castillo de Windsor ha de ser uno de tus destinos obligatorios. Desde Londres tienes trenes directos: puedes cogerlos en las estaciones de Paddington (30 minutos) o Waterloo (50 minutos) y los precios oscilan entre las 15 y las 18 libras por el trayecto de ida y vuelta. Esta es una de las residencias favoritas de la reina Isabel II y hay que tener en cuenta que a menudo realiza aquí actos oficiales y recepciones de estado, por lo que puedes encontrarte con algunas partes del castillo cerradas al público. Aunque no te preocupes: Windsor es enorme y si tienes la mala suerte de coincidir con la soberana, aún así vas a tener mucho para ver (hazte a la idea de que en el inmenso recinto de palacio, que engloba también inacabables jardines, viven más de 25.000 personas y recibe al año siete millones de turistas). La entrada cuesta 20,50 libras y es recomendable que la compres con antelación para evitarte colas, ya que este es uno de los lugares preferidos de los turistas. Recuerda también que en el interior está totalmente prohibido tomar fotografías o grabar vídeos.

Una de las cosas que más impresiona al recién llegado es la Queen Mary’s Dolls’ House, la casa de muñecas más famosa del mundo: tiene agua en los cuartos de baño, electricidad y ascensores ¡más de lo que disponen algunos viejos edificios de Londres! Windsor, que ha sido residencia de 39 monarcas a lo largo de la historia, ha alojado a estos mismos en los Apartamentos de Estado, las estancias más lujosas de palacio, donde se exponen muchos tesoros traídos de todo el mundo por las expediciones británicas (ya sabéis que los tentáculos del imperio se extendieron por todo el planeta y aún hoy en día Reino Unido conserva infinidad de colonias), así como obras de pintores como Rembrandt o Rubens.

Te recomendamos que intentes que tu visita sea entre Septiembre y Marzo, que es cuando son accesibles al público las Semi-State Rooms. En el año 1992 un gran incendio destrozó casi un centenar de habitaciones, por lo que los trabajos de restauración, basados en los diseños originales de época del rey Jorge IV, han supuesto mucho dinero y esfuerzo: valóralo cuando recorras estos aposentos. Los domingos tampoco está abierta la St. George’s Chapel, una de las capillas góticas más bonitas de Europa, por lo que evita también venir esos días, ya que además, al ser festivos, es cuando suele haber más gente. Si ya en Londres has presenciado el espectacular cambio de guardia del Palacio de Buckingham, el de Windsor no se queda atrás: suele celebrarse a las once de la mañana.

Y un apunte más: si vienes con peques, puedes aprovechar el viaje a Windsor para llevarles después a Legoland, el parque de Lego que también está en Windsor. El precio de entrada anticipada es de 30 libras (45 libras en taquilla).

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Castillo de Windsor

Bath

Considerada con todo merecimiento una de las ciudades más bonitas de Inglaterra y uno de los principales destinos turísticos del país desde hace siglos, Bath es mundialmente conocida por sus impactantes baños romanos, descubiertos en el siglo XVIII y posiblemente los mejor conservados del mundo. Llegar en tren hasta aquí es caro (más de 50 libras ida y vuelta) por lo que aunque el viaje es algo más largo (dos horas y cuarto) es mejor que vengáis en bus: salen de la Victoria Coach Station. Si reservas con tiempo en la web de National Express, el viaje de ida y vuelta te puede salir por unas 15 libras.

En Bath no sólo tenemos para visitar los baños romanos, que indudablemente son su gran atracción y cuya entrada ronda las 15 libras (puedes aprovechar también para entrar en algún spa cercano y darte un homenaje relajante). También podemos hacer un crucero por el río Avon (9 libras), visitar la abadía o el Royal Crescent (uno de los edificios más impresionantes de Gran Bretaña), dar un paseo por la calle georgiana Pulteney , hacer compras en los mercados de fin de semana de Walcot Street o sentarnos un ratito en los jardines de Sydney Gardens (los favoritos de Jane Austen, quien también tiene un museo dedicado a su vida y obra en Bath).

¿Que aún tienes tiempo libre? Entonces aprovecha que Bristol se encuentra a sólo unos pocos kilómetros y convierte tu escapada de un día en un largo fin de semana. Bristol cuenta con uno de los puertos más animados de Reino Unido (donde hay una réplica de The Matthew, el navío que en 1497 llegó hasta costas canadienses), podrás subir gratis a la Climb Cabot Tower, visitar el museo de la ciudad y algunas iglesias realmente curiosas (como las ruinas de la Temple Church, construida por los templarios, las de St. Mary Redcliff o la catedral), cruzar el Suspension Bridge o admirar los coloridos murales callejeros que han hecho de Bristol una de las capitales mundiales del graffitti.

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Bath

Y aún hay más: si vas a pasar en esta zona un par de días, te aconsejamos que incluyas en tu ruta un pueblecito francamente encantador, Lacock. Se conservan casas de hace más de quinientos años y su belleza es de tal calibre que ha servido como escenario de películas como «Emma» o «Pride and prejudice» y en la abadía se rodaron escenas de las películas de Harry Potter.

Castillo de Highclere

La serie «Downtown Abbey» ha multiplicado por diez las visitas a uno de los castillos más bonitos de Inglaterra, el de Highclere. Desde la estación de Paddington tienes trenes directos (una hora, ida y vuelta 21 libras) hasta Newbury; desde allí deberás coger un taxi hasta el castillo. Esta impactante mansión de estilo isabelino, rodeada de extensos jardines donde pastan las ovejas y fluyen los riachuelos, es propiedad de los condes de Carnavorn y no ofrece sólo visitas guiadas por sus lujosas habitaciones (el precio de la entrada es poco más de 20 libras) sino también una suculenta exposición egipcia con objetos encontrados por Howard Carter, el explorador que desveló al mundo los tesoros de la tumba de Tutankhamon. El castillo fue diseñado por el arquitecto sir Charles Barry (el responsable del Parlamento de Londres).

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Castillo de Highclere

Stratford-upon-Avon: el pueblo de Shakespeare

A apenas dos horas de Londres tenemos el pueblo natal del escritor más importante en habla inglesa: William Shakespeare. Para venir hasta aquí tienes trenes directos desde la estación de Marylebone: el viaje de ida y vuelta cuesta entre 15 y 20 libras. Este acogedor pueblecito de la campiña inglesa, situado cerca de la región de los Cotswolds, que vive principalmente de la cría de ovejas, recibe tres millones de visitas al año, debido principalmente a las cinco casas relacionadas con la vida de Shakespeare (y las cinco se pueden visitar). Convertido lógicamente en uno de los puntos claves del teatro británico, sede de la Royal Shakespeare Company (una de las compañías más destacables del mundo) y con los atractivos de la iglesia de Holy Trinity o los jardines Brancoft, Stratford-upon-Avon puede suponer una excelente excursión si queremos desconectar del bullicio de Londres en un ambiente mucho más tranquilo y rural.

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Stratford-upon-Avon

Stonehenge

Sabéis de sobra que en la medida de lo posible intentamos no recomendaros excursiones organizadas. Pero hay veces que no queda otra debido a que el transporte público es inexistente y no sale a cuenta alquilar un coche. Es el caso de Stonehenge, el famoso yacimiento megalítico, cuya estación de tren más cercana es Salisbury y aún así esta se encuentra a cerca de 15 kilómetros del recinto, por lo que te tocará coger un taxi o esperar a uno de los buses locales. Así que nuestro consejo es que reserves una excursión organizada desde Londres: suelen costar unas 45 libras y estás de vuelta en Londres sobre las tres de la tarde. Hay gente que considera que no merece mucho la pena la visita teniendo en cuenta que el cromlech ha de admirarse desde la distancia ya que está prohibido acercarse al público para preservar el monumento; sin embargo, para otros muchos es un lugar indispensable en un viaje por Reino Unido gracias a su importancia histórica e incluso esotérica. Lo que es indudable es que los ingleses han sabido aprovechar como nadie el rendimiento económico que se podía sacar a este Patrimonio de la Humanidad y más cuando hace un par de años se descubrió a apenas tres kilómetros un yacimiento de cien monolitos que son mil años más antiguos que Stonehenge: cuando los arqueólogos acaben de explorarlo, estamos seguros de que será otro atractivo a sumar a este área.

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Stonehenge

Liverpool

¿Qué se te viene a la cabeza cuando escuchas el nombre de Liverpool? Eso mismo: los Beatles. El grupo más famoso del mundo, con cerca de 270 millones de discos vendidos desde su nacimiento como banda, es el mejor reclamo turístico de la ciudad: miles de fans de todo el planeta llegan cada año, buscando conocer de cerca los rincones que los vieron nacer (y lo hacen, algunos de ellos, aterrizando en el aeropuerto John Lennon). Desde el Liverpool Institute, donde estudiaron George Harrison y John Lennon, a The Cavern, el club donde los Beatles tocaban noche sí, noche también antes de ser descubiertos por la industria discográfica, las casas de John Lennon y Pauk McCartney, Penny Lane (la calle a la que el grupo dedicó una canción y que fue parte de su infancia), el Hard Days Night, un curioso hotel temático (también tienes otro alojamiento inspirado en la banda, el Yellow Submarine), el museo The Beatles Story o la estatua de los cuatro músicos frente al Pier Head: todos deben ser paradas obligatorias de tu ruta beatlemaniaca.

Pero sería una pena venir hasta Liverpool y olvidar el resto de sus atractivos turísticos. Ahí tenemos el Albert Dock, el paseo marítimo del siglo XIX, la catedral anglicana (que tardó más de setenta años en acabarse), la Biblioteca Central y su bellísima sala de lectura, los bulliciosos pubs de Mathew Street, los partidos de fútbol en el estadio Anfield, el St.George’s Hall, la Radio City Tower, la iglesia bombardeada de St. Lukes o la motivación de probar el scouse, el plato típico de Liverpool, un estofado de cordero que además da nombre a los habitantes de la ciudad. Por cierto, aún no te hemos comentado cómo venir desde Londres: en tren desde la estación de Euston, dos horas y media de trayecto y un precio medio de 40 libras ida y vuelta.

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Estatua de los Beatles en Liverpool

Chester

Ya que hemos venido hasta Liverpool, podemos aprovechar para visitar una de las ciudades más bonitas de Gran Bretaña. Apenas cuarenta minutos de tren (14 libras) separan ambas ciudades. Chester, fundada hace más de dos mil años (aún se conservan restos de la antigua muralla y un anfiteatro que fue uno de los mayores del país en época romana), conserva uno de los centros históricos más pintorescos de Europa, con esas elegantes casas con entramados de madera que podéis ver en la fotografía de abajo.  Lo recomendable es que la visitéis en verano para evitaros lluvias (aunque en Inglaterra cualquier época puede regalarte un buen chaparrón) y podáis pasear tranquilamente por la encantadora calle Eastgate (precioso el reloj del siglo XIX que allí se encuentra y del que se dice es el reloj más fotografiado del país después del Big Ben) o acercaros a entrar a la catedral.

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Chester (Foto de Roland Alherger)

Brighton

Si eres de los que te encanta pasear a las orillas del mar mientras sobre ti vuelan las gaviotas, estás de suerte porque Brighton se encuentra a una hora en tren de Londres (precio del billete 18 libras ida y vuelta). Cuando luce el sol, su paseo marítimo ofrece la perspectiva de una jornada al aire libre de lo más sugerente. Pero Brighton brinda también otro puñado de visitas interesantes: la Brighton Wheel (la noria cuyo equivalente sería el London Eye londinense), el bellísimo Royal Pavilion, que parece sacado de un cuento de maharajas de la India, la galería de arte de la ciudad o Palace Pier, el parque de atracciones situado sobre un muelle. Además, Brighton es un destino ideal para los que queráis ir de compras, con multitud de tiendas en North Laine.

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Casetas en la playa de Brighton

Oxford

Su nombre lo dice todo: cuna de una de las mejores universidades del mundo, a la altura de Harvard, Cambridge o Yale. Una hora de tren para llegar desde Londres (11 libras ida y vuelta, una de las excursiones más baratitas) y a tu disposición, con entrada gratuita, el museo más antiguo de Reino Unido, el Ashmolean, una interesante agenda teatral, el Castillo de Oxford, la fabulosa fachada de la Radcliffe Camera que veis ahí abajo, la iglesia de St. Mary (con unas extraordinarias vistas desde su torre) y, como no, el recinto universitario, un campus grandísimo que permite el acceso a los turistas a determinados edificios. Además, en el Covered Market encontrarás tiendas de lo más originales.

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Oxford

Cambridge

Hablando de ciudades universitarias, no queremos olvidarnos de Cambridge. A hora y media de Londres (billete de tren ida y vuelta por unas 20 libras), tenemos otro de los mayores campus de Inglaterra. Los más conocidos de los colegios son el King’s College y el Trinity: antes de entrar en cualquiera de ellos, preguntad si se permite el acceso a los no estudiantes. Podéis dar un paseo por los jardines adyacentes, The Backs, visitar el Jardín Botánico o alguno de los museos, como el Museo de Arqueología o el Folk Museum. Además, en Cambridge tenéis también unas cuantas iglesias (la de St. Mary, la de St. Benet, la de Jesus Lane o la de St. Andrew), así como un Memorial de la Segunda Guerra Mundial y un mercado abierto de lunes a sábado en pleno centro de la ciudad.

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Cambridge

Cardiff

Gales está considerada una de las regiones más bonitas de Gran Bretaña y bien se merece una escapada desde Londres, aunque quizás aquí aconsejaríamos añadir algún día más al viaje si queréis explorar los alrededores: os remitimos a nuestro artículo Los mejores castillos de Gales . No obstante, si sólo tenéis un día, siempre podéis explorar la capital, Cardiff, que se encuentra a dos horas de tren de Londres. El Castillo de Cardiff es uno de los más bonitos y mejor conservados del país; podrás ir a ver el Millenium Stadium, donde juega el equipo de rugby local, la Asamblea Nacional, la Iglesia Noruega, la Catedral de Llandaf, el Castillo de Coch (una maravilla de la arquitectura victoriana) o darte una caminata por el enorme parque de Bute. Lo dicho:dos días mejor que uno.

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Cardiff

4 comentarios

  1. Birmingham también es una buena opción. Y si se visita en épica navideña una parada en el mercado navideño, uno de los más bonitos del país, a los pies de la biblioteca es obligatoria.

  2. Me han hablado super bien de Bath y ahora tengo aún más ganas de visitarlo 💖

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