Pese a que Salamanca capital es una ciudad a la que he ido muchas veces,nunca había tenido la oportunidad de recorrer el sur de la provincia,que cuenta con algunos de los pueblos más antiguos de España,en un paraje natural francamente espectacular.Este fin de semana lo hemos estado recorriendo en coche y aprovechamos la experiencia para darte algunas recomendaciones.
La Alberca,después de Albarracín,ha sido elegido varios años consecutivos el pueblo más bonito de nuestro país,con sus casas milenarias (lo de milenario es literal),sus calles empedradas y sus balcones repletos de flores.Nosotros estuvimos y es cierto,es una preciosidad.Pero vive exclusivamente para el turismo,con tenderetes de comida típica,restaurantes y tiendas de souvenirs,aparte de un montón de visitantes, y eso le resta mucho encanto en mi opinión.Aun asi ¡pecado mortal irse sin recorrerlo!
Sin embargo,nos gustaron incluso más algunos de los pueblos de los alrededores,con unas callejuelas igual de bonitas y un aroma muchísimo más auténtico.Es el caso de Candelario,que pese a que ultimamente se ha hecho más popular por la filmación de la serie «El misterio de Calenda»,es minúsculo (viven mil personas)tenía muy pocos turistas y fue precisamente donde aprovechamos para parar a comer y recorrer sus laberínticas calles practicamente vacías,qué sensación de volver a la Edad Media!Aunque Candelario es mucho más antiguo que eso:sus orígenes se ubican en la época de la conquista romana,una pequeña aldea fundada por pastores astures.
Candelario
En estos pueblos los precios son más bajos que en la famosa La Alberca y los productos son los mismos.Atrévete con la gastronomía de la tierra,que es variadísima y de calidad:nosotros entre otros platos optamos por algunos de los más típicos,el gazpacho de cerezas o la carne de cerdo ibérico a la brasa (si te quieres llevar embutido del bueno-bueno,ya sabes,después del de Jabugo en Huelva,el de Salamanca está considerado el mejor jamón de nuestro país).
Otros dos pueblecitos que te recomiendo son Mogarraz y Miranda del Castañar,muy pequeñitos pero preciosos ambos,totalmente medievales,con restos de castillo (el de los Zúñiga en el caso de Miranda),murallas y casas propias de «El lazarillo de Tormes»,el libro que mejor ha promocionado nunca a la provincia salmantina.Entre ellas la curiosa La Alhóndiga, donde se pesaba el grano que se compraba y vendía.
Miranda del Castañar
Mogarraz
Para moverte entre unos pueblos y otros,carreteras de montaña llenas de curvas entre bosques tupidísimos. Maravillosa la subida a la Peña de Francia,a 1800 metros,con el coche por un camino de cabras pero con unas vistas de la zona espectaculares.Recuerda que en esta cumbre se encuentra uno de los monasterios situados a mayor altitud de toda Europa.Y echa una chaqueta,que arriba la temperatura baja varios grados.
Sierra de Francia
Puedes aprovechar el final del sábado para dormir cerca de Salamanca y gastar el domingo en la capital.Os recomiendo donde nos alojamos nosotros,los Apartamentos Casablanca en Santa Marta de Tormes (recordad que Santa Marta está pegadito a la ciudad).Apartamentos totalmente equipados por sólo 35 euros la noche y con parking gratuito,para que te despreocupes del coche.Los reservamos a través de Booking.
Si no has estado nunca en Salamanca capital,te advierto que como buena ciudad castellana que es,en estas fechas el sol pega lo suyo pero merece una caminata de algunas horas por su bellísimo casco antiguo.La ciudad universitaria por excelencia ahora en verano se encuentra sin la mayoría de «sus» estudiantes pero está llena de turistas y con mucha vidilla.Empieza el recorrido por la Plaza Mayor (una versión en miniatura de la de Madrid),sal por el Corrillo hacia la calle Meléndez y desde allí a la célebre Casa de las Conchas,una de las fachadas más bonitas de España.Imprescindibles también las visitas a las dos catedrales,la Nueva y la Vieja,la Universidad,el Puente Romano,el edificio Anaya y el encantador Huerto de Calisto y Melibea,con su pozo de los candados del amor y su entrañable estatua dedicada a la anciana más célebre de la literatura española: La Celestina.
