En realidad,mis viajes a Bélgica han sido más de cinco pero como algunos fueron para viajes de trabajo o festivales de música y apenas hice turismo,los dejo aparte.Aún así,estuvieron bien para conocer la Bélgica más rural y disfrutar acampando en la hierba,que con esos parajes tan verdes da gusto instalar la tienda de campaña…

Vámonos a Bélgica.¿Cómo? En avión,que es lo más rápido y lo más barato, con compañías como Vueling o Ryanair puedes presentarte allí por menos de 100 euros ida y vuelta.No conozco el aeropuerto secundario de Charleroi pero aunque está más alejado, hay buses que te acercan a la ciudad por poco más de 30 euros ida y vuelta. Normalmente he volado al Aeropuerto de Bruselas-Zaventem,uno de los mejores de Europa y con multitud de conexiones a otros países.Está muy bien comunicado con Bruselas ciudad,un tren te deja en pleno centro en 20 minutos al módico precio de 5 euros (el aeropuerto está a sólo 12 kilómetros).

Bruselas

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Vamos con los hoteles.En general,en Bruselas son caros. Daos cuenta que no es sólo una ciudad muy turística sino que además aquí vienen a trabajar miles de eurodiputados por lo que no es mala idea que tires por opciones más baratas como hostales y bed & breakfast. En ese sentido,aprovecho para recomendaros los European Union Flats ,unos apartamentos muy acogedores en el Barrio Europeo que os saldrán por menos de 50 euros la noche (sin desayuno,eso sí).Están a una media hora andando del centro pero muy bien comunicados por metro.

Otro de los hoteles baratitos en el que me he quedado en alguno de mis viajes es el Hotel Mirabeau. Está algo más céntrico, incluye el desayuno (que tampoco es nada del otro mundo pero te hace un apaño) y sale a unos 65 euros la habitación doble. Está algo viejito pero la verdad que coge a mano de todo y es una buena opción.

Antes de seguir nuestra ruta por las ciudades belgas,vamos a hacer un alto en el camino para hablar de la cerveza,una delicia para el paladar que ya por sí sola justifica un viaje a Bélgica.Y es que la cerveza belga probablemente sea la mejor del mundo.Para mí,que soy una sibarita del zumo de cebada y más si este es artesanal, cada viaje a Bélgica ha supuesto un descubrimiento ya que para los belgas la elaboración de la cerveza es todo un arte.Según el último censo,en el país hay cerca de 1.500 tipos de cervezas diferentes (al menos las oficiales),fíjate si tienes para elegir.Las más famosas, obviamente,son las trapenses, las trappe: datan de la época de las Cruzadas, se elaboran en monasterios (en un principio las vendían para recaudar fondos) y hoy en día sólo seis monasterios en toda Bélgica las continuan fabricando. Estos monasterios son Achel, Chimay, Orval, Rochefort, Westmalle y Westvleteren.

Pero aunque las trapenses sean las cervezas belgas más conocidas y de mayor pedigrí,sus compañeras no se quedan atrás.Puedes optar además por las Leffe, que son de abadía y tienen un montón de variantes (rubia, negra, triple, Radieuse….), las ale (que aunque son de orígen británico,en Bélgica son muy populares), las stout (cerveza negra con un ligero sabor achocolatado),las lager (cervezas de baja fermentación), cervezas de trigo (también las hay de mijo, arroz o maíz) o mis favoritas,las lambic, que suelen ser de trigo y muy afrutadas,se elaboran con levaduras silvestres.Mi marido,que le gustan las más cañeras,siempre me dice que estas últimas son «cervezas para chicas» por su baja graduación,que no suelen superar los 5º, pero a mí me encantan! Mi favorita es la Kriek,que se elabora con cerezas agrias,sabrosísima!!

En este sentido,y si eres cervecero, te recomiendo entonces que si pasas por Bruselas no dejes de visitar el Delirium Cafe , probablemente mi cervecería favorita en toda Europa (el nombre viene de la cerveza Delirium Tremens). Se encuentra en la calle Impasse de la Fidelite, muy cerquita del Grand Palace, ubicada en una caverna del siglo XVIII, con su característico elefante rosa dándote la bienvenida, y más que una cervecería es un museo. Posee el record Guiness de mayor variedad de cerveza por metro cuadrado (más de 2.000 variedades para escoger de 60 países diferentes) y aunque la mayoría de las veces es complicado coger sitio ya que está hasta arriba de gente (vienen cerveceros de toda Europa) es un lugar en mi opinión indispensable.

De todos modos,aunque la Delirium sea mi cervecería favorita,hay muchas otras que puedes visitar.¿Mis recomendaciones? En primer lugar, el Little Delirium Cafe, que es una pequeña «sucursal» del Delirium situada en Rue du Marche aux Fromages. En segundo,la cervecería-teatro Toone (Impasse Sainte-Pétronille 66), donde se hacen espectáculos de marionetas. La Moder Lambic, en la Place Fontainas 8, donde además puedes cenar y hay un montón de birras para elegir. Pero para curiosa Le Cercueil, una cervecería que nació inspirada en la película «El Exorcista»,con una decoración súper macabra y donde las cervezas se sirven en craneos (de mentira,claro XD). Después de la Delirium, mi favorita!

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Y si hemos hablado de la cerveza,ahora nos vamos a ir al tema gastronómico.Y comenzamos con los moules, los mejillones, el plato típico por excelencia.Se preparan de mil y una maneras,aunque la más habitual es al vapor acompañados de patatas fritas.Ojo que las raciones son enormes:te los sirven en cazuela y suele rondar el kilo / kilo y medio por persona (luego hay que descontar el peso de las cáscaras,eso sí). Lo bueno es que tampoco son excesivamente caros:si te sales de las zonas más turísticas,calcula unos 10 euros por persona. Por cierto,si en España echas de menos los mejillones belgas, cuando vayas a Barcelona pásate por La Muscleria (Carrer Mallorca 290).Fuera de Bélgica,es el lugar donde mejores mejillones belgas he probado.

Nadie puede irse de Bélgica sin probar unas buenas patatas fritas.Y es que aunque parezca un plato muy simple, lo cierto es que allí las preparan riquísimas.Se venden en los fritkot o friteries, te las sirven para llevar con diferentes salsas y ya puedes recorrer Bruselas mientras vas picoteando patatas.Los belgas dan tanta importancia a sus patatas fritas que incluso les han dedicado dos museos en Amberes y en Brujas.En cuanto a donde degustarlas,como os he comentado la ciudad está llena de puestecillos donde las venden,aunque a mí me gustaba ir a comerlas a la Friterie Tabora, que a día de hoy espero que continue abierta.

En cuanto a más platos típicos, imperdonable que regreses sin haber probado los deliciosos gofres (ya,ya,los venden en toda Europa pero en ningún lugar se hacen como aquí!), los embutidos (a mí lo que mas me gusta es el boudin),el waterzooi (un estofado de carne o pescado con verduras), sus deliciosas sopas, las albóndigas… y sobre todo el chocolate, rivalizando en calidad con el suizo. Bruselas está llena de bombonerías y pastelerías y una buena caja de bombones es el mejor regalo que puedes traerte de regreso a España.

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Vamos ya con la visita a Bruselas. Para moverte,mejor los tranvías que el metro, cubren mejor la ciudad.Los taxis intenta evitarlos todo lo que puedas:son de los más caros de Europa y puedes moverte en transporte público sin problemas.

Un viaje a Bruselas no puede comenzar por otro lugar que no sea la Gran Place (en flamenco conocida como la Grote Markt). La plaza más importante de la ciudad (y probablemente de Europa) es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y está siempre hasta arriba de locales y visitantes.Si vienes en Agosto, podrás admirarte con la gigantesca alfombra de flores que confeccionan los belgas y que te dejará con la boca abierta,una maravilla.

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La Grand Place es el corazón de Bruselas.Acoge algunas de las construcciones más bonitas de la ciudad, como el Ayuntamiento,con su torre de casi 100 metros de altura, la Casa del Rey (que en sus inicios era una panadería), Le Pigeon, la casa donde vivió Víctor Hugo mientras se exilió de Francia y las residencias de los antiguos gremios de lecheros, barqueros y ebanistas.Comenzó siendo el lugar donde se ubicaba el mercado central, ha sido testigo de decapitaciones de reos,ha sufrido bombardeos que obligaron a su reconstrucción…y a día de hoy sigue luciendo majestuosa.

Este de aquí abajo es el Palacio Real de Bruselas. Tengo que confesar que pese a haber ido varias veces a Bélgica nunca he encontrado momento para visitarlo por dentro (de julio a septiembre las visitas son gratuitas). Construído en el siglo XIX, actualmente no es la residencia de la familia real pero se usa para recepciones oficiales.Justo al ladito tienes el Parque de Bruselas,el más grande de la ciudad y una delicia para pasear en días soleados.

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Las dos estatuas más famosas de Bruselas:Manekken Pis y Jeanekke Pis, ambas entrañables. Es cierto que la primera vez que las ví me sorprendí porque me las esperaba mucho más grandes pero son el principal símbolo de la capital belga. Por cierto, es habitual que al Manekken Pis se le «disfrace» con distintos trajes,yo he llegado a verle vestido de Elvis y de jugador del Barcelona.Manekken se encuentra pegadito a la Grand Place y Jeanekke muy cerquita del Delirium Cafe. Cuando vayas a rendir tus respetos a Jeanekke,te aconsejo que te des un paseo por las Galerías Saint Hubert: son super elegantes aunque las tiendas tienen precios prohibitivos.

Manekken Pis

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Jeanekke Pis

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Atomium de Bruselas, otra de las imágenes más conocidas de la ciudad desde que lo levantaran a finales de los años 50.Se construyó para una exposición y aquí se ha quedado. Tiene más de 100 metros de altura y representa los nueve átomos del cristal del hierro.

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Junto al Atomium, tienes otra visita bastante interesante y que,sin embargo,mucha gente obvia:la del parque Mini Europe. Tiene cerca de 400 maquetas que representan ciudades de toda Europa y están curradísimas,son auténticas obras de arte.La entrada es algo cara,casi 15 euros,pero en mi opinión es una visita que bien merece la pena.Sobre todo si llevas niños.

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Notre Dame du Sablon:una de las iglesias más bonitas de toda Europa

Notre Dame, Brussels

En cuanto al conocido como Barrio Europeo, aquí se amontonan las instituciones europeas pero para mi gusto tampoco ofrece gran cosa.Si vas algo ajustado de tiempo,te recomiendo que pases y gastes el día en alguna ciudad cercana,que te compensará más.Y a ello vamos,a ver el resto de Bélgica…

Gante

He continuado nuestra ruta por Bélgica yendo a Gante (y no a Brujas) porque en mi opinión es igual de bonita que Brujas,a la que llegaremos después,y no está tan petada de turistas.Está muy cerquita de Bruselas,a sólo 50 kilómetros (puedes ir en tren, 30 minutos, 12 euros por trayecto) y bien merece una escapada de un día. Aunque es pequeñita (no llega al cuarto de millón de habitantes) es una ciudad muy viva por su caracter universitario:sus calles siempre están repletas de estudiantes.Es una ciudad que se puede recorrer comodamente a pie pero es también buena opción hacerlo en bicicleta:puedes alquilarlas en la misma estación de Sint Peeters. Por cierto,muy cerquita de la estación tienes el Parque de la Ciudadela si quieres dar un paseo.

La primera vez que visité Gante fue con 17 años y me quedé enamorada de sus canales.Desde entonces,he vuelto un par de veces más y me continua pareciendo una ciudad espectacular.Su monumento estrella es el Castillo de los Condes de Gante (Castillo de Gravensteen), en pleno centro urbano. Construido por Felipe de Alsacia,a día de hoy continua siendo una fortaleza medieval excepcional, manteniendo intacto el foso que les protegía de los invasores y brindándote unas bonitas vistas de la ciudad.La entrada cuesta 8 euros.

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Ya que has ido hasta el castillo,es buena idea que continues el recorrido por el barrio de Patershol, el Barrio de los Tejedores.Con una estructura típicamente medieval y sus calles empedradas, actualmente es una de las zonas más chic de Gante,aunque no ha perdido en absoluto el encanto de antaño.La visita no te llevará mucho tiempo pero será realmente intensa.Eso sí,tiene aún más vidilla cuando cae la tarde.

Gante es,sobre todo,una ciudad de iglesias y entre ellas destaca la de San Nicolás. Perteneció en sus inicios al gremio de los comerciantes,fue asaltada por protestantes que destruyeron sus ornamentaciones góticas,se llegó a usar como caballeriza pero a día de hoy es la más visitada de la ciudad.

Uno de los lugares más fotografiados de Gante: la Casa de los Albañiles. Se sitúa justo enfrente de la Iglesia de San Nicolás y su fachada es de las más originales de Bélgica (curiosamente,hasta 1976 no se encontraba a la vista de los viandantes).Los bufones que aparecen en la fotografía son como ligeras veletas que se mueven a merced del viento.

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Otro de los lugares que más inmortalizan los visitantes: Graslei o Muelle de las Hierbas. Es un puerto medieval rodeado de construcciones de época que luce incluso más bonito de noche,con los canales iluminados (desde el Puente de San Miguel es donde conseguirás mejores fotos).Hablando de puentes,si tienes oportunidad acércate a ver el puente Rabot en el canal de La Señora:es la última puerta medieval que queda en pie en Gante.

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Castillo de Gerardo el Diablo: una delicia arquitectónica que pasa desapercibida para muchos visitantes,quedándose sólo con el Castillo de los Condes de Flandes. Pero efectivamente,Gante cuenta con dos castillos y el Geeraard de Duivelsteen bien merece una visita.No es que dentro quede gran cosa pero lo importante es el edificio en sí,que desde que se levantara en el siglo XII ha servido como residencia de la familia real, escuela, monasterio…e incluso cárcel y orfanato.

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Y dejamos para el final el Ayuntamiento,una de las mejores obras del gótico europeo.Se puede visitar por dentro de Mayo a Octubre,aunque son casi igual de interesantes y características las callejuelas que lo rodean.

Unos apuntes adicionales antes de abandonar Gante.Al ser una ciudad tan cercana a Bruselas,no os he recomendado alojamiento ninguno ya que es una visita que se puede hacer perfectamente en el día.Sin embargo,sí os voy a recomendar una visita bastante curiosa:el Cafe Trollenkelder.Es una taberna medieval preciosa sita en Bij Sint-Jacobs 17,decorada con cientos de trolls y un catálogo de más de 200 cervezas. Inmejorable lugar para parar a hacer un descanso entre ruta y ruta.

Otra cosa que no debes perderte si viajas a Gante son sus pastelillos más típicos,los mastellen. Tienen una antigüedad de 900 años y aunque a simple vista parezcan donuts,por fortuna no lo son:estos son unos bollos tiernísimos aderezados con anís o canela.Aprovecha para catarlos aquí ya que no se encuentran en otros lugares de Bélgica.

Brujas

Aunque como os comentaba antes,sigo prefiriendo Gante por no estar tan atestada de turistas,las cosas como son:Brujas es maravillosa.Aquí sí os recomiendo que hagais noche y así la podreis disfrutar con más calma.Pese a que la ciudad es bastante pequeña (poco más de 100.000 habitantes),tiene muchos rincones interesantes y,sobre todo,merece la pena recorrerla de noche porque es incluso más bonita que cuando la empapa la luz diurna.Tampoco es una ciudad barata para alojarse (los hoteles no suelen bajar de los 100 euros la noche) por lo que te recomiendo que intentes reservar en el Charlie Rockets Youth Hostel , que aparte de bastante céntrico, está muy limpio y es económico,si no recuerdo mal no llegaba a los 60 euros la doble.Eso sí,el baño es compartido pero para dormir y dejar las mochilas cumple de sobra su función.Otro dato más:el tren ida y vuelta desde Bruselas cuesta unos 35 euros.

Brujas, conocida como Amsterdam o como la Venecia del Norte por los canales que la surcan,es en el siglo XXI una ciudad que,sin embargo,parece haberse quedado anclada en el tiempo.Es increíble el buen estado de conservación que mantienen la mayoría de los edificios y el mimo con que el gobierno cuida al mayor tesoro belga, conscientes de que gente de todo el mundo viene a conocerla.La mejor embajadora de Bélgica,pese a que en el pasado llegó a pertenecer al antiguo reino de Francia,es a día de hoy el mayor orgullo nacional.

Aún así,Brujas es tan pequeñita que es difícil que llegues a usar el transporte público ya que irás a todos los sitios andando.Además,esta es una ciudad pensada para caminar y de paso irte deleitando con lo que te vayas encontrando.Para ello,lo mejor es que comiences tu ruta en la Grote Markt, lo que en la antigüedad era la plaza principal de Brujas cuando esta era una población aún más pequeña.Aquí se organizaban los mercados medievales pero también las ferias y las ejecuciones públicas,que era algo muy en boga en Europa,lo de cargarse a los reos a la vista de todo el mundo y que era un macabro espectáculo que nadie quería perderse.Hoy en día,de los mercados los únicos restos que quedan los vas a encontrar los miércoles,que es cuando se organiza un mercadillo que pretende rememorar épocas pasadas (y de paso recordar que Bélgica fue una de las grandes potencias europeas antaño).

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Las coloridas casas que rodean esta plaza (que no es tan pequeña,cubre una hectárea) en el pasado eran residencias de familias pudientes pero hoy en día basicamente lo que acogen es restaurantes,tiendas de souvenirs y sobre todo chocolaterías.Lo mejor es que,a excepción de los buses urbanos,el tráfico está prohibido en sus entrañas por lo que es un gustazo deambular tranquilamente, en especial si el tiempo acompaña:Brujas es una ciudad muy lluviosa aunque yo he tenido bastante suerte y las veces que he ido no nos ha caído ni una gota.Aparte de las vistosas viviendas, destaca el campanario Belfort (con casi 50 campanas y 90 metros de altura).Y una curiosidad:las leyes y normas de Brujas, conocidas como «Hallegeboden», se proclamaban desde el balcón ante los ciudadanos que eran convocados a través de las campanas.No obstante,justo donde ahora se levanta el campanario se celebraba el mercado local (Les Halles).

La segunda plaza en importancia de Brujas (y muy cerquita de esta) es la Plaza de Burg, donde se encuentra el Ayuntamiento (se puede visitar por dentro,precio de la entrada 2 euros).Justo al lado tienes la Heiling Bloed, la Basílica de la Sangre, cuya entrada es gratuita,y el Civiele Griffie, el antiguo Registro Civil. Desde el Registro puedes atravesar el Blinde Ezel Straat,el callejón del Asno Ciego,para llegar hasta el Vismarkt,el mercado de pescado que aún continua en funcionamiento.Muy cerca también tienes el Muelle Verde,donde se halla la Casa del Pelícano,un antiguo hospital que es de los edificios más queridos por los habitantes de Brujas,la zona donde mejor puedes degustar uno de los platos más típicos de la región de Flandes:los tomates rellenos de camarones.Después de la comida,y dejando atrás el Vismarkt, aprovecha para hacer la sobremesa en la recogidita Huidenvettersplein, la Plaza de los Curtidores. Antiguamente,aquí se vendía el pescado de menor calidad que sobraba en Vismarkt para cubrir las necesidades de las familias más pobres.

Nos vamos ya a recorrer los canales,ya que Brujas es la ciudad acuática por excelencia,hasta su propio nombre proviene del vocablo vikingo Bryggia, que significaba «lugar de atraque».Es una bonita forma de conocer la ciudad y los paseos náuticos tampoco son demasiado caros, aproximadamente unos 5 euros por unos 45 minutos de recorrido.Los canales a lo largo de la historia de Brujas no sólo han servido para el tráfico de mercancías sino también para que la gente de a pie pudiera trasladarse con comodidad y más rapidamente a cualquier otro punto de la urbe.Los canales más populares son el Groenerei-Steenhouwersdijk, que cruza los puentes de piedra más antiguos de la ciudad,el canal Augustijnenrei, que también atraviesa puentes como Augustijnen y Spaanse Loskaai, el canal Djiver, que tiene en sus orillas los museos Groeninge y Gruuthuse, y el canal Rozenhoedkaai.

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Sigamos «en el agua» para irnos hasta Minnewater,el lago más importante de Brujas y al que se conoce como el Lago del Amor.Lo ideal es que aproveches las buenas temperaturas veraniegas para visitarlo,aunque en Bélgica incluso en verano hay que echar mano de la chaqueta cuando cae la noche.El lago está lleno de cisnes,uno de los grandes símbolos de la ciudad:cuenta la leyenda que el administrador de la ciudad Pieter Lanchals,apodado el Cuello Largo y cuyo escudo familiar estaba presidido por un cisne, fue ejecutado en Brujas y como castigo,el rey Maximiliano de Austria ordenó a los brujenses llenar el lago de cisnes y que se ocuparan de su bienestar.

Desde el norte del lago se llega a la plaza de Wijngaardplein,que une el lago y el casco antiguo.Allí se levanta la imponente iglesia de Nuestra Señora de Brujas,un edificio del siglo XIII que aunque nació siguiendo al estilo románico,con el paso de los años añadió elementos góticos como la torre ya que era la corriente que imperaba entonces.Después del Chrysler Building de Nueva York, es el edificio construído enteramente de ladrillos más alto del mundo.

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La otra iglesia más importante la ciudad es la de Sint Salvator,más antigua que la anterior citada (esta data del siglo X).Sustituyó a la de Sint Donato,el antiguo patrón local y cuyo templo fue destruido durante la ocupación francesa.A sólo unos metros te darás con la plaza T Zand, la más grande de Brujas aunque esta de un corte más moderno.Tampoco tiene mucho que reseñar,a no ser el feísimo impacto visual que desprende el contraste entre esa mole llamada Concertgebouw,el auditorio de conciertos,y lo que es la parte antigua de Brujas.Como la noche y el día.

Hay otro pequeño barrio no muy visitado (aprovecha!) que se encuentra muy cerca de la iglesia de Sint-Annakerk y es una especie de pueblecito formado por las Casas de Dios (en flamenco Godshuizen), pequeñas casitas del siglo XVII destinadas a la gente más pobre o enferma y que se han conservado en un excelente estado.Estas casas crecen en torno a la iglesia de Jeruzalemkerk.

En Brujas no hay que olvidar tampoco el ir a ver sus magníficas murallas. Mandadas construir por los Condes de Flandes, aún conservan en activo cuatro de sus puertas más importantes.Precisamente desde la zona noreste de las murallas puedes llegar,caminando entre verdes praderas, a los poquitos molinos, sólo cuatro (no de viento sino destinados a moler harina) que aún se mantienen en Brujas.Es la preciosa zona de Kruisvest.

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Y antes de acabar con Brujas,unos apuntes. Si tienes tiempo, sal a las afueras y pasa una mañana en el pueblo de Domme, que está a escasos kilómetros y tiene unas calles medievales preciosas (puedes ir en barco desde Brujas, muelle Noorweegsekaai,ida y vuelta 8 euros). Otra excursión también muy recomendable es al Castillo de Loppem, al que se puede llegar en bus desde la ciudad, es uno de los castillos más bonitos que he visto en Centroeuropa.Y no olvides,ya en Brujas, pasarte por el Museo del Chocolate en la Residencia Croone y el Diamantmuseum, donde te mostrarán por qué Brujas ha sido durante siglos la capital por excelencia del tallado y venta de diamantes.Aunque para diamante en bruto…¡Brujas entera!

Amberes

Amberes quizás no sea tan conocida a nivel turístico como Bruselas, Gante y especialmente Brujas pero aun así,al ser Bélgica un país tan pequeñín,si cuentas con varios días yo sí dedicaría uno de ellos a Amberes. Si antes hablábamos en Brujas de la importancia de la figura del diamante en la fisionomía belga, en ese sentido Amberes la supera:aquí se fabrica un 85% de la producción mundial,lo que ha propiciado que se la conozca como la Ciudad de los Diamantes.

Amberes es la segunda ciudad de Bélgica después de Bruselas,con casi medio millón de habitantes (de los que 35.000 trabajan precisamente en la industria del diamante).Situada a orillas del río Escalda,su puerto es el segundo más importante de Europa y esto la ha convertido en una de las ciudades más cosmopolitas del país,con gente de cientos de nacionalidades diferentes y una importantísima comunidad judía,que fue la que precisamente introdujo en la ciudad el negocio de los diamantes.Hoy en día,funcionan cientos de talleres donde se enseña el arte de pulir el diamante a los aprendices,amen de las decenas de joyerías que te encuentras cada dos pasos.Qué suerte que a mí las joyas me llamen poco la atención porque Amberes es para volver a tu país con la tarjeta de crédito en números rojos.

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Esta de aquí arriba es la bellísima Grote Markt (en Bélgica lo de Grote Markt es como para nosotros Plaza Mayor).Es el centro de la ciudad, aquí se ubica el Stadhuis, el Ayuntamiento, la famosa estatua de Silvius Brabo,el soldado romano que,según cuenta la leyenda, impidió la invasión de Amberes al cortar la mano del gigante Druoon Antigoon que controlaba la llegada de los barcos.De hecho,en la escultura se puede ver a Brabo lanzando la mano al río,escoltado por la diosa de la justicia.Pero no es el único monumento-homenaje.También hay una escultura de una gigantesca mano y otra en el Castillo de Het Steen,del que justo os voy a hablar ahora.

El castillo es uno de los edificios más antiguos de Amberes.Se construyó en el año 1200 y aunque su papel inicial era el de servir como fortaleza,con el paso del tiempo sus funciones derivaron en un rol más siniestro:la de prisión para los condenados a muerte.Lo curioso es que a los prisioneros se les dividía por estatus social (los ricos en un ala y los pobres en otro) aunque su destino era el mismo:que les decapitaran. A su entrada,como podeis ver,se encuentra la estatua del maléfico gigante que tenía aterrorizada a la ciudad.

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Aunque nacido en Alemania,el hijo más ilustre de Amberes es Rubens,ya que este pasó la mayor parte de su vida aquí ya que era el hogar de sus padres.Erigido como el pintor más importante de la escuela flamenca, su antigua residencia se ha convertido en uno de los edificios más visitados de la ciudad.

La casa se encuentra en la calle Wapper.Y es una preciosidad en sí,no sólo por su exposición interior.De hecho,Rubens se trajo de su estancia en Italia la inspiración para el diseño de su palacio,que tiene unos rincones francamente fabulosos.Dentro se guardan cuadros importantísimos de Rubens como «Adan y Eva en el paraíso»,»La batalla de Ivry» o el «Oleo con triunfo de Santa Clara».La entrada cuesta 6 euros y es una cita indispensable para los amantes de las pinacotecas.

Aunque es más pequeña que la Grote Markt, la Groenplaats o Plaza Verde también se merece un buen rato.Aunque cueste creerlo vistas las terrazas y cafés que ahora se amontonan aquí,antiguamente esto era la sede del cementerio local hasta que el emperador Jose II instaló los camposantos fuera de las murallas.La preside una enorme estatua de,como no…Rubens.

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Lovaina

Lovaina es otra de las ciudades que puedes visitar facilmente desde Bruselas ya que se encuentra a sólo 27 kilómetros de la capital.Como nuestra Salamanca,es la ciudad universitaria por excelencia (Erasmo de Rotterdam fundó la Universidad en el año 1425).Yo siempre he dicho que para mí Lovaina es como Brujas pero aún más pequeñita. Salvando las distancias,claro está,pero es un destino que los viajeros parecen pasar por alto y es una auténtica lástima.

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Si hay un edificio que destaca por encima de todos los demás este es el Ayuntamiento.Se encuentra ¡como no! en la Grote Markt y como veis en la fotografía, es verdaderamente impresionante.Recargado hasta la extenuación (pero qué fachada!!!),justo enfrente de la Iglesia de San Pedro y con un aspecto más de iglesia que de edificio oficial,para mí su sola presencia ya justifica una escapadita a Lovaina ¿no creeis?

Cerca del Ayuntamiento,se encuentra un edificio bastante singular: el Tafelrond, la Mesa Redonda de Lovaina,donde a lo largo de los años se han reunido los gremios de los trabajadores.Actualmente pertenece al Banco de la Nación.Desde aquí puedes acercarte andando a la Ladeuzeplein, la plaza más grande de la ciudad,donde cada viernes se organizan mercadillos de mercados artesanales.

Hay un lugar bastante curioso en Lovaina que no debes perderte:el Beaterio Grande (Groot Begijnhof).Es como si fuera un pequeño pueblo dentro de la ciudad,casi un centenar de casa de paredes rojizas de más de siete siglos, protegidas por una muralla y que se codean con iglesias y jardines.Los beaterios de Flandes son unos de los más importantes del mundo,no obstante este es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Generalmente los habitaban beguinas, religiosas que dedicaban su vida a la fe pero también a los enfermos y los desvalidos.Con el tiempo,estos beaterios pasaron a convertirse en residencias estudiantiles,con más motivo en una ciudad universitaria como Lovaina. Actualmente,el acceso es totalmente gratuito,por lo que su visita es imprescindible.

Recordarte también que a nivel cervecero, Lovaina es otro punto importante en la geografía belga.Constantemente se organizan Rutas de la Cerveza (con guía incluido). De hecho, muy cerca de la estación de tren se encuentra la fábrica de Stella Artois, que lleva seis siglos en funcionamiento y donde te enseñan cómo es el proceso de elaboración,aparte de poder degustar sus sabrosos productos.

Justo a las afueras de Lovaina,a muy pocos kilómetros,tenemos el Castillo de Horst. Escondido en las verdes campiñas de Flandes, este palacete renacentista parece estar flotando sobre un estanque (en realidad está pegado a un lago) y tiene una antigüedad de casi nueve siglos.Tiene fama de castillo encantado (al parecer el fantasma de un conde merodea por las noches) y aunque el interior no tiene mucho que ofrecer,se encuentra en un paraje tan idílico que os recomiendo que gasteis aquí unas horas, ya vereis como merece un montón la pena.

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Región de Valonia

He querido dejar para el final quizás una de las zonas más desconocidas de Bélgica, Valonia, y que para mí sin embargo es un paraje súper interesante.Aquí se encuentra Lieja, con su precioso casco antiguo y sus casas de época,la Catedral de San Pablo y y la bonita Plaza de Saint Lambert.Su visita no requiere más de una mañana pero si te coge cerca yo no la suprimiría.

Uno de mis lugares favoritos en este area:Bouillon. Aquí se halla uno de los castillos más imponentes de Bélgica, claro reflejo de lo que era el sistema feudal antiguamente y que se eleva en lo alto de una colina. Puedes combinarlo con una visita a La Roche en Ardenne, que también tiene interesantes ruinas medievales.

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Lo cierto es que la zona de Valonia está hasta arriba de pequeñas poblaciones encantadoras.Decantarse por unas u otras ya va en el gusto de cada uno.Yo suelo recomendar Mons, que aunque es bastante chiquitita,da mucho de sí y además te pilla cerca el Castillo de Havré, que es espectacular y no sólo por su extraordinario jardín lleno de rosaledas.

¿Que tienes aún tiempo? Pues entonces acércate a Rochefort,con el castillo de Lavaux en los alrededores y el Museo del Mundo Subterraneo (muy interesante!),la pena que a mí en el viaje a Valonia no me dió tiempo a visitar la Abadía de Notre Dame de Saint Remy, donde se elabora la cerveza trapense pero te lo recuerdo por si te interesa también. Tournai o Namur son dos poblaciones que también se merecen una visita y que a mí fueron de las que más me gustaron.Eso sí,un último apunte:si quieres recorrer Valonia, hazlo en coche.Aparte de que te cundirá más el viaje,hay paisajes tan embriagadores que parar donde a uno le apetezca para deleitarse ante las estampas belgas bien merece la pena!

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